Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2013
Día 12 – 24/2/2013
“Como se haga la oración que es lo
más importante, no dejará de hacerse todo lo demás...”.
SAN TERESA DE JESÚS
Reflexión
Al encuentro de María con su prima
Isabel, Juan el Bautista saltó de gozo en el vientre de su madre..
Oración del día
Oramos para que la gente comprenda
que el aborto no se trata sobre niños que "pueden" venir al mundo,
sino sobre niños que ya están en el mundo, viviendo y creciendo en el vientre
de sus Madres y los cuales serán asesinados.
Motivación del día
A manera de recordar la importancia de esta campaña
y no perder la motivación para orar y ayunar, comparto con ustedes un
resumen de un testimonio que resalta la importancia de la vida humana y que ésta
es tan valiosa tratándose de una persona adulta como de un recién concebido.
Testimonio de James...
“Quisiera contarles una historia acerca de una mujer que conozco. Lucía
a los veinte años conoció a Joseph el hombre con el cual se casaría. Juntos
esta mujer y su esposo decidieron que la familia ideal que construyeran
tendría, dada la gracia de Dios, exactamente tres niños. Luego de 11 años
juntos, Dios proveyó de acuerdo a sus deseos y bendiciones. Les dio tres
saludables niños! Dos niños y una niña intermedia.
Cuando los niños tenían 7, 4 y 2 años de edad, Lucía sintió los efectos
físicos familiares de nuevo - ella creía que podría estar embarazada por una
cuarta vez. Visitó a su doctor para confirmar el embarazo que sospechaba y fue
a un examen de rutina. Lucía estaba embarazada pero esta vez el doctor
descubrió un problema y la hospitalizó inmediatamente. Ella tenía un cáncer
creciendo incontrolablemente en su colon. El doctor y el cirujano prescribieron
un aborto y cirugía para remover el cáncer como el mejor tratamiento que podían
ofrecer.
Lucía tenía solo 35 años y 2 meses de embarazo. Ella y su esposo ya
tenían tres pequeños niños. Exactamente lo que habían "planeado".
Ella había abandonado una carrera en diseño de modas que había empezado cuando
era soltera para tener y cuidar de su familia. Lucía estaba profundamente
dedicada a sus tres pequeños y a su esposo. Todos la necesitaban. El bebé que
crecía dentro suyo tenía menos de 4 cm. El feto ya tenía la apariencia humana.
Las ondas cerebrales están presentes en un bebé que crece. Los ojos, oídos,
nariz, dedos ya están formados y el corazón late a la cuarta semana, la sangre
(de un tipo diferente al de la madre) fluye. Los reflejos ya se dan y partes de
la piel son sensitivas al tacto. Las huellas digitales se han empezado a formar
junto con las líneas de las manos. Pero, la vida de Lucia estaba en un peligro
mortal. Ella tiene solo 35 años y tienen tanto por que vivir y que hacer.
Lucía tomó su decisión - no el año anterior- no hace diez años- ni hace
20 años - sino hace cuarenta años en el otoño de 1955! Consideren por un
momento el estado de la medicina y el tratamiento para el cáncer en esa época.
No había resonancia magnética ni tomografías computarizadas disponibles para
determinar en forma precisa las medidas y la diagnosis del cáncer creciente.
Los crudos tratamientos de quimoterapia estaban disponibles, pero el láser o
cirugía ortoscópica o sofisticados tratamientos bioquímicos no. El cáncer era
muy temido - y en forma justificada, porque había muy pocos doctores que
pudieran aislar el cáncer mediante extracción quirúrgica. Quedaban pocas
oportunidades en la cirugía. En el caso de Lucia, ¿Qué hubieras decidido?
Si fueras el amoroso marido de Lucia y el padre de tres niños pequeños,
que le dirías a tu esposa? Lucía entendió la perspectiva de Dios en esta
situación. Pensamos que la decisión de ella era clara. Por qué? Simplemente ten
en cuenta que ella sabía lo que estaba bien. Lucía sabía que tenía que confiar
en Dios. Lucía estaba convencida de conservar al niño, como un regalo de Dios,
el autor de la vida, el creador de todas las cosas.
Ustedes verán, yo soy el cuarto hijo. Mi madre se sometió a cirugía en
Octubre de 1955 cerca de la octava semana de embarazo para remover la mayor
parte de su colon. La operación fue exitosa, y solo a través de la gracia de
Dios y de su decisión correcta, fue que nací en 1956. Bendito Dios. Mi madre
tuvo una segunda cirugía luego del parto. Como resultado, vivió el resto de su
vida con una colostomía.
Dios bendijo a mi madre y padre, mis dos hermanos y hermana y a mí con
la completa cura del cáncer de mi madre. El nos bendijo a todos con otros 39
años de vida para mi madre. Suficiente para que pudiera presenciar el
nacimiento de sus nietos. Ellos crecieron lo suficiente para tener sus propios
recuerdos de ella. Fuimos todos benditos por Dios. El Señor finalmente la llevó
con él en 1995.
Estoy tan agradecido de estar vivo. Tengo dos niños propios. Dios ha
revelado su plan para mi y mi esposa a través de esto y nos ha confirmado
muchas veces que nuestro ministerio pro-vida es parte de su propósito para
nosotros de acuerdo a su plan. Cuando pienso en mi madre me doy cuenta del
inmenso valor de la vida humana. Recuerdo y celebro la verdad - que la vida es
un regalo de Dios, y toda la vida humana, nacida y nonata, es sagrada…”
Como bien se desprende de
este testimonio, el respeto por la vida, así como los valores cristianos
fundamentales se aprenden en casa. Y no
hay mejor maestro que el ejemplo.
Vivamos nuestra vida asumiendo el reto de que nuestras acciones y
decisiones reflejen nuestros valores.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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