“Los legítimos derechos de la mujer sobre su propio
cuerpo terminan donde comienzan los derechos del niño concebido en su vientre."
CONFERENCIA EPISCOPAL COLOMBIANA
«
Llamados... a reproducir la imagen de su Hijo » (Rm 8, 28-29): la
gloria de Dios resplandece en el rostro del hombre
35. El
relato yahvista de la creación expresa también la misma convicción. En efecto,
esta antigua narración habla de un soplo divino que es
infundido en el hombre para que tenga vida: « El Señor Dios formó al
hombre con polvo del suelo, sopló en sus narices un aliento de vida, y resultó
el hombre un ser viviente » (Gn 2, 7).
El origen
divino de este espíritu de vida explica la perenne insatisfacción que acompaña
al hombre durante su existencia. Creado por Dios, llevando en sí mismo una
huella indeleble de Dios, el hombre tiende naturalmente a El. Al experimentar
la aspiración profunda de su corazón, todo hombre hace suya la verdad expresada
por san Agustín: « Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en ti ».25
Qué
elocuente es la insatisfacción de la que es víctima la vida del hombre en el
Edén, cuando su única referencia es el mundo vegetal y animal (cf. Gn 2,
20). Sólo la aparición de la mujer, es decir, de un ser que es hueso de sus
huesos y carne de su carne (cf. Gn 2, 23), y en quien vive
igualmente el espíritu de Dios creador, puede satisfacer la exigencia de
diálogo interpersonal que es vital para la existencia humana. En el otro,
hombre o mujer, se refleja Dios mismo, meta definitiva y satisfactoria de toda
persona.
« ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el
hijo de Adán para que de él te cuides? », se pregunta el Salmista (Sal 8,
5). Ante la inmensidad del universo es muy poca cosa, pero precisamente este
contraste descubre su grandeza: « Apenas inferior a los ángeles le hiciste
(también se podría traducir: « apenas inferior a Dios »), coronándole de gloria
y de esplendor » (Sal 8, 6). La gloria de Dios resplandece
en el rostro del hombre. En él encuentra el Creador su descanso, como
comenta asombrado y conmovido san Ambrosio: « Finalizó el sexto día y se
concluyó la creación del mundo con la formación de aquella obra maestra que es
el hombre, el cual ejerce su dominio sobre todos los seres vivientes y es como
el culmen del universo y la belleza suprema de todo ser creado. Verdaderamente
deberíamos mantener un reverente silencio, porque el Señor descansó de toda
obra en el mundo. Descansó al final en lo íntimo del hombre, descansó en su
mente y en su pensamiento; en efecto, había creado al hombre dotado de razón,
capaz de imitarle, émulo de sus virtudes, anhelante de las gracias celestes. En
estas dotes suyas descansa el Dios que dijo: "¿En quién encontraré reposo,
si no es en el humilde y contrito, que tiembla a mi palabra" (cf. Is 66,
1-2). Doy gracias al Señor nuestro Dios por haber creado una obra tan
maravillosa donde encontrar su descanso ».26
Intención/motivación
del día
Valentina ya no quiere morir, sino ayudar
Miguel
Manzanera, SJ
Hace un par de semanas se publicó la triste
noticia de que Valentina Mauriera, adolescente chilena, enferma de fibrosis
quística, una
enfermedad degenerativa e incurable, pidió a la Presidenta Michelle Bachelet tener una
entrevista para que le autorice “para dormir para siempre”. Sabemos que la
entrevista tuvo lugar y duró más de una hora, pero no se han conocido detalles
de la misma.
Lo que sí se ha sabido es que Valentina ha hecho
después unas declaraciones indicando que ha cambiado de actitud. Ahora ella
desea vivir y ayudar a otros adolescentes que padecen la misma enfermedad para
que no desesperen, sino que hagan frente a su situación terminal. Felicitamos a
esta adolescente por esta valiente actitud solidaria.
Como era previsible, a raíz del primer mensaje de
Valentina pidiendo morir, ya hubo varias personas, incluso parlamentarios, que
en nombre propio o de las instituciones a las que representan, comenzaron una
campaña para que en Chile se legalice la eutanasia. Para ello han desempolvado
antiguos proyectos de ley que fueron rechazados. Ahora el argumento esgrimido
es acceder al deseo de quienes piden ser ayudados para terminar su vida.
Esta propuesta basada en el deseo busca legalizar
el derecho al suicidio. De
hecho hay algunas organizaciones, como
Dignitas en Zurich, Suiza, que a cambio de un monto de dinero ofrecen los
servicios de un suicidio asistido a pacientes que voluntariamente quieren
terminar con su vida.
Dignitas ha aprovechado las leyes
liberales, vigentes en Suiza, según las cuales una persona sólo puede ser
llevada a juicio por ayudar a alguien a morir si actuó por su propio interés. La decisión de quitarse la vida, si se ejecuta, anula el derecho a rectificar
que es lo que verdaderamente hace al hombre libre. Por eso el suicidio no se
basa en un argumento válido, sino que es utilización abusiva de la libertad que
la anula totalmente impidiendo cualquier rectificación.
La
espiritualidad cristiana ayuda al paciente a superar las etapas negativas y
poder llegar a una fase de alegría en medio del dolor. Esta última se da cuando
el paciente se une a Cristo Jesús, el Dios-hombre que aceptó cargar con
nuestros pecados en el madero de la cruz con la esperanza puesta en su Padre
Dios, Juez Misericordioso. Esa esperanza le abrió el camino hacia la Vida
Eterna en la resurrección.
Por
ello la Iglesia quiere llevar un mensaje de esperanza a los enfermos
terminales. Apoya la medicina paliativa para suprimir o aminorar el dolor de
los enfermos, llegando en casos extremos a admitir también la sedación terminal
que prevé que el paciente pueda quedar inconsciente en el momento de la muerte.
La
atención espiritual se completa con los
sacramentos de la confesión, de la comunión y de la unción del enfermo con los
que éste pueda vivir ya anticipadamente la alegría del encuentro definitivo con
la Familia Divina Trinitaria, representada en la Familia de Nazaret, y con
todos los hermanos redimidos por la sangre de Jesús.
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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