40 días por la vida
Segunda jornada 2014
24 de septiembre al 2 de noviembre
“La
revelación del Nuevo Testamento confirma el reconocimiento indiscutible del
valor de la vida desde sus comienzos. La exaltación de la fecundidad y la
espera diligente de la vida resuenan en las palabras con las que Isabel se
alegra por su embarazo. El valor de la persona desde su concepción es celebrado
más vivamente aún en el encuentro entre la Virgen María e Isabel, y entre los
dos niños que llevan en su seno. Son precisamente ellos, los niños, quienes
revelan la llegada de la era mesiánica: en su encuentro comienza a actuar la
fuerza redentora de la presencia del Hijo de Dios entre los hombres.”.
SAN JUAN PABLO II
Encíclica Evangelium vitae
Reflexión
LA
VIGENCIA ACTUAL DEL DERECHO NATURAL
Javier Úbeda
Ibáñez; Fuente: Forum Libertas
Los derechos
naturales necesitan una legislación positiva que los determine o concrete en
función de las diversas circunstancias de lugar y de tiempo. Y como unas y
otras son mutables, no cabe la menor duda de que también es mutable la
legislación positiva, pero siempre sobre la base del respeto a los derechos que
naturalmente tiene el hombre, ya que, por muy diversas y cambiantes que puedan
ser las efectivas circunstancias del humano vivir, el ser humano es siempre
idéntico en su esencia más radical y profunda, y de esta esencia fija o
permanente se derivan unos derechos –y unas obligaciones- que no tienen nada
que ver con ningún género de determinaciones ni de cambios de índole
accidental.
Por otro lado,
también habrá que advertir que hoy se está dando en el campo de la filosofía
jurídica una importante revalorización del concepto de los derechos naturales,
de tal manera, pues, que tampoco es verdad que estos mismos derechos resulten
considerados actualmente, en la totalidad de los casos, como una simple antigualla,
ni nada que remotamente lo parezca. ¿Y es que acaso tendría algún sentido el
hablar, por ejemplo, de la participación del ciudadano en la determinación del
curso de la vida civil, si no se piensa que, en definitiva, esa participación
es un derecho de índole natural, por más que la contradigan o la excluyan
algunas normas concretas de las legislaciones en algunos países?
Motivación del día
Han pasado casi dos mil años desde que Jesús nos
dejara a todos sus discípulos una orden en el momento de subir al Cielo: predicar
el Evangelio hasta los confines de la tierra.
Esta prédica no puede estar divorciada de ningún aspecto de la vida
cristiana, en especial aquél de la participación en la vida social y política. Cualquiera que haya estudiado algo de
historia sabe que los países occidentales vivieron una época durante la cual
los valores cristianos florecieron e influyeron en toda la sociedad. Lamentablemente, el laicismo masónico que
cobró fuerza en el Siglo de las Luces Malignas logró difundir en todo el mundo
cristiano el ateísmo, convirtiendo a la humanidad en esclava del materialismo y
adoradora del poder y del dinero -con la lógica consecuencia de una corrupción
desbordante- y sujeta a las bajas pasiones alimentadas por la inmoralidad, la
impureza, la obscenidad y la procacidad de la que hacen gala actualmente casi
todos los medios de comunicación social, dirigidos a infestar las naciones con
el espíritu de lujuria, a tal grado que se llegue a justificar la abominación
de los actos contra natura, en una permanente ofensa contra Dios nuestro Señor. Constantemente vemos el triste espectáculo
de políticos cobardes comprometiéndose
con el llamado “lobby gay”, una tiranía que se impone en todos los países como
parte de la agenda para la despoblación del mundo y la aniquilación de los
valores morales que la Iglesia Católica no ha dejado ni dejará nunca de
predicar.
Sin embargo, Satanás será derrotado y el plan de
Dios para la humanidad se cumplirá. Es
por lo tanto preciso -hoy más que nunca- no solo que los católicos fieles a
Dios resistamos a esta apostasía práctica, sino que valientemente fortalezcamos
nuestra fe día a día y alcemos nuestra voz para denunciar estas ideologías
aberrantes. Los católicos no podemos
quedarnos callados cuando los gobiernos dirigidos por hombres sin Dios dictan
leyes que ignoran la Ley de Dios. El Señor y nuestra Santísima Madre no
necesitan de grandes ejércitos para vencer al mal; solo necesitan de un pequeño
ejército de almas dispuestas a enfrentarse en todo lugar y momento a las
fuerzas malignas que predominan en el mundo, que parecen invencibles, pero cuya
derrota está decretada desde siempre. Si
así lo hacemos, sin importar el odio y las agresiones que hayamos de soportar,
podremos gozar un día de aquella era de paz que está prometida para la Iglesia
y para la humanidad con el triunfo del Inmaculado Corazón de María.
Oración del día
¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la
abundancia de tus dones y frutos.
Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener
este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe
viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más
conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los
obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente
entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del
demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre,
le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga
el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no
ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el
móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer
entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus
preceptos y la dulzura de tu amor.
Amén.
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia
inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan
anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don
siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de la
vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan
anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don
siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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