“ El niño por nacer es un
ser humano a partir de la concepción, y su vida debe ser respetada. Esa vida
fue redimida por Cristo, esa vida es un regalo de Dios."
KARL BARTH
“Os
habéis acercado a la sangre de la aspersión » (cf. Hb 12, 22.24): signos de esperanza y llamada al compromiso”.
26. En realidad, no faltan signos
que anticipan esta victoria en nuestras sociedades y culturas, a pesar de estar
fuertemente marcadas por la « cultura de la muerte ». Se daría, por tanto, una
imagen unilateral, que podría inducir a un estéril desánimo, si junto con la
denuncia de las amenazas contra la vida no se presentan los signos
positivos que se dan en la situación actual de la humanidad.
Desgraciadamente, estos signos
positivos encuentran a menudo dificultad para manifestarse y ser reconocidos,
tal vez también porque no encuentran una adecuada atención en los medios de
comunicación social. Pero, ¡cuántas iniciativas de ayuda y apoyo a las personas
más débiles e indefensas han surgido y continúan surgiendo en la comunidad
cristiana y en la sociedad civil, a nivel local, nacional e internacional,
promovidas por individuos, grupos, movimientos y organizaciones diversas!
Son todavía muchos los esposos que,
con generosa responsabilidad, saben acoger a los hijos como « el don más excelente del matrimonio ».21 No
faltan familias que, además de su servicio cotidiano a la
vida, acogen a niños abandonados, a muchachos y jóvenes en dificultad, a
personas minusválidas, a ancianos solos. No pocos centros de ayuda a la
vida,o instituciones análogas, están promovidos por personas y grupos que,
con admirable dedicación y sacrificio, ofrecen un apoyo moral y material a
madres en dificultad, tentadas de recurrir al aborto. También surgen y se
difunden grupos de voluntarios dedicados a dar hospitalidad a
quienes no tienen familia, se encuentran en condiciones de particular penuria o
tienen necesidad de hallar un ambiente educativo que les ayude a superar
comportamientos destructivos y a recuperar el sentido de la vida.
La medicina, impulsada
con gran dedicación por investigadores y profesionales, persiste en su empeño
por encontrar remedios cada vez más eficaces: resultados que hace un tiempo
eran del todo impensables y capaces de abrir prometedoras perspectivas se
obtienen hoy para la vida naciente, para las personas que sufren y los enfermos
en fase aguda o terminal. Distintos entes y organizaciones se movilizan para llevar,
incluso a los países más afectados por la miseria y las enfermedades endémicas,
los beneficios de la medicina más avanzada. Así, asociaciones nacionales e
internacionales de médicos se mueven oportunamente para socorrer a las
poblaciones probadas por calamidades naturales, epidemias o guerras. Aunque una
verdadera justicia internacional en la distribución de los recursos médicos
está aún lejos de su plena realización, ¿cómo no reconocer en los pasos dados
hasta ahora el signo de una creciente solidaridad entre los pueblos, de una
apreciable sensibilidad humana y moral y de un mayor respeto por la vida?
Intención/motivación
del día
En el Perú, este martes 10 la Comisión de
Justicia del Congreso votará por el proyecto de ley denominado “unión civil”
entre personas del mismo sexo. Los católicos nos oponemos porque contraría el
orden natural, distorsiona la verdadera identidad de la familia, contradice la
finalidad del matrimonio y atenta contra la dignidad humana de los peruanos.
Se
ha convocado un plantón de protesta frente al congreso este martes a las 3:00
PM y queremos pedirles que nos acompañen en oración para que no prosperen este
tipo de iniciativas legislativas en ninguno de nuestros países. A propósito de
ello queremos compartirles unas reflexiones de la Conferencia Episcopal
Peruana:
Comunicado sobre la unión civil entre personas
del mismo sexo
Los Obispos del Perú, ante el proyecto de ley denominado Unión civil
entre personas del mismo sexo, nos dirigimos a los fieles católicos y a la
opinión pública en general, para manifestar lo siguiente:
1. La familia es la célula natural, primera y fundamental de la sociedad. Así lo han consagrado las más importantes declaraciones internacionales sobre la materia.
2. La familia es anterior a la ley y al Estado. No es una creación humana sino una institución de Derecho Natural que está inscrita en la misma naturaleza humana.
3. Dios los creó “varón y mujer”(Gn1,27). Esta diversidad y complementariedad sexual tampoco es un mandato de la persona humana, ni del Estado, ni de la ley, sino que es creación de Dios para el bien del género humano.
4. Como enseñan las Sagradas Escrituras: “Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen uno solo” (Gn2,24). Dios dijo al hombre y a la mujer: “Crezcan y multiplíquense” (Gn1,28).“Lo que Dios unió que no lo separe el hombre” (Mt19,6). El matrimonio es la unión natural y perpetua del hombre y la mujer que, en una comunidad de vida, de manera digna, procura el propio bien de los cónyuges, la generación responsable de los hijos y la mejor educación de éstos.
5. La propuesta de unión civil entre personas del mismo sexo contraría el orden natural, distorsiona la verdadera identidad de la familia, contradice la finalidad del matrimonio, atenta contra la dignidad humana de los peruanos, amenaza la sana orientación de los niños y menoscaba el más sólido fundamento de nuestra sociedad, que aspira a un desarrollo humano integral. Sus defensores invocan el derecho a la igualdad, pero olvidan la realidad de las innegables y naturales diferencias preciosas y complementarias del ser humano.
6. El proyecto de ley de unión civil entre personas del mismo sexo que se viene promoviendo ante el Congreso de la República contiene elementos jurídicos típicos del matrimonio, lo que pone de manifiesto que, más allá de la denominación de la norma, se pretende equiparar el matrimonio y la unión civil, preparando el camino para introducir en el Perú el matrimonio homosexual con la posibilidad de adoptar niños, que estarían privados de su derecho natural a tener un padre y una madre.
7. Los católicos somos conscientes de que todas las personas tenemos iguales derechos, por lo cual rechazamos cualquier forma de discriminación. Sin embargo, también sabemos que en la búsqueda de la verdadera justicia es indispensable respetarlas innegables diferencias naturales y complementarias entre el hombre y la mujer.
8. Como pastores de la Iglesia en el Perú, reafirmamos nuestro amor y solicitud por todos los peruanos, independientemente de su identidad u orientación sexual, y al mismo tiempo les recordamos que las puertas de la Iglesia están abiertas para todos y los invitamos a comprometer sus mejores esfuerzos en la construcción de una sociedad justa y pacífica, en la que se respete la dignidad de cada persona y los elementos propios de la naturaleza humana.
9. Finalmente, invitamos a los miembros del Congreso de la República a defender los inalienables valores de la familia, como lo pide la Constitución Política del Perú y el sentir de la mayoría de los peruanos a quienes ustedes representan.
Los Obispos del Perú
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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