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miércoles, 11 de marzo de 2015

40 Días por la Vida - 12/3/2015


Cuando el gobierno ve a un ecologista jugarse la vida por un huevo de halcón, ve en él un héroe, y cuando ve a un pro-vida en la puerta de una clínica abortista, ve en él a un fanático"

Jesús Poveda

   
España_Salvador Severo Pérez Alayón - salvadorsevero@gmail.com     


Lectura para meditar (tomado del Evangelium Vitae)
« La Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto » (1 Jn 1, 2): la mirada dirigida a Cristo, « Palabra de vida »
29. Ante las innumerables y graves amenazas contra la vida en el mundo contemporáneo, podríamos sentirnos como abrumados por una sensación de impotencia insuperable: ¡el bien nunca podrá tener la fuerza suficiente para vencer el mal!
Este es el momento en que el Pueblo de Dios, y en él cada creyente, está llamado a profesar, con humildad y valentía, la propia fe en Jesucristo, « Palabra de vida » (1 Jn 1, 1). En realidad, el Evangelio de la vida no es una mera reflexión, aunque original y profunda, sobre la vida humana; ni sólo un mandamiento destinado a sensibilizar la conciencia y a causar cambios significativos en la sociedad; menos aún una promesa ilusoria de un futuro mejor. El Evangelio de la vida es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio dela persona misma de Jesús, el cual se presenta al apóstol Tomás, y en él a todo hombre, con estas palabras: « Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida » (Jn 14, 6). Es la misma identidad manifestada a Marta, la hermana de Lázaro: « Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás » (Jn 11, 25-26). Jesús es el Hijo que desde la eternidad recibe la vida del Padre (cf. Jn 5, 26) y que ha venido a los hombres para hacerles partícipes de este don: « Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia » (Jn 10, 10).
Así, por la palabra, la acción y la persona misma de Jesús se da al hombre la posibilidad de « conocer » toda la verdad sobre el valor de la vida humana. De esa « fuente » recibe, en particular, la capacidad de « obrar » perfectamente esa verdad (cf. Jn 3, 21), es decir, asumir y realizar en plenitud la responsabilidad de amar y servir, defender y promover la vida humana.
En efecto, en Cristo se anuncia definitivamente y se da plenamente aquel Evangelio de la vida que, anticipado ya en la Revelación del Antiguo Testamento y, más aún, escrito de algún modo en el corazón mismo de cada hombre y mujer, resuena en cada conciencia « desde el principio », o sea, desde la misma creación, de modo que, a pesar de los condicionamientos negativos del pecado, también puede ser conocido por la razón humana en sus aspectos esenciales. Como dice el Concilio Vaticano II, Cristo « con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino; a saber, que Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y la muerte y para hacernos resucitar a una vida eterna ».22

Intención/motivación del día


14M
No pasa nada, como quien se toma un café, cuando se ha matado o al menos intentado matar a alguien. Incluso, si cabe, con mayor gravedad, si se trata de un ser inocente nacido ya en el seno de su madre. La huella del mal hecho queda grabada a fuego en la conciencia del presunto asesino.

Porque, ¡sí pasa!, es un asesinato y un asesinato premeditado y pensado, porque un aborto no se hace sin antes prepararlo. Salvo aquellos abortos, que ocurren de forma natural y sin quererlo. Eso ya se entiende.

Sucede que nuestra conciencia está hecha para buscar el bien y, por supuesto, para amar, y cuando hacemos algo contrario a ella, nos advierte expresando su disconformidad. De modo que, cuando hemos matado nos advertirá que hemos obrado mal, y eso nos remuerde y no nos deja en paz.

Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Lo quieras o no admitir, y tu corazón busca el bien, a pesar de que la cizaña del mal cohabite también en él por el pecado, y luche para inclinarte al mal. Pero cuando lo haces, tu conciencia te reprime y te advierte de tu mala acción. Matar es algo que no está escrito en el corazón del hombre, porque el hombre siente primero el amor, pero el pecado le puede vencer e inclinarlo a matar.

El aborto es un crimen y sí, importa mucho. El catorce de marzo, las familias van a salir a la calle en España para dejar escapar ese grito en defensa de la Vida. Una vida a la que tienen derecho todos los hombres desde que son concebidos en el seno de sus madres.


ORACIÓN POR LA VIDA

Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén

Juan Pablo II

Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA

OH Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén



Enlaces de interés
Oraciones en otros idiomas (inglés, italiano, finlandés)

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