Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2011
Día 2
13 de Febrero al 24 de Marzo 2011
Día 2
Lunes, 14 de febrero de 2011
Bolivia_Padre Miguel Manzanera manzaner@ucbcba.edu.bo
"El aborto es el acto más diabólico que puede cometer el hombre. No entiendo el aborto".
BEATA MADRE TERESA DE CALCUTA
Reflexión
Cristo inocente "se hace pecado" por nosotros
Oración del día
Pidamos para que DIOS SUSCITE NUEVOS SANTOS Y APÓSTOLES DEFENSORES DE LA VIDA.
Motivación del día
Cristo inocente "se hace pecado" por nosotros. El gran misterio de la redención tiene como clave de interpretación la “justicia solidaria” para comprender, al menos en cierta manera, por qué Jesús aceptó la brutal condena en la cruz, sabiendo que era totalmente injusta.
El diablo pervertió las mentes de los que perseguian a Jesús y les hizo sus mentes y les hizo pensar que Jesús era un pecador y que como tal debia ser sacrificado. Aunque el Sumo Sacerdote que lo juzgó conocía su inocencia, se empeñó en demostrar que Jesús era reo de muerte y finalmente le obligó a revelar que era el “Hijo de Dios”, lo cual según la Ley de Moisés constituía una ofensa muy grave que exigía la muerte del pecador para que su sangre sirva de expiación por el pecado.
Jesús, sabiendo que Él era inocente y la sentencia injusta, la aceptó, porque su misión de Siervo de Yavé incluía el cargar con el pecado del pueblo como victima expiatoria.
En nuestro tiempo también se cometen muchos pecados y como sucedió en tiempos de Jesús se buscan culpables para condenarlos a muerte. Los bebés por nacer son hoy las víctimas de las personas fornicarias, adúlteras, violadoras o simplemente egoístas que no aceptan su situación o su propia culpa y tratan de borrarla con la sangre inocente.
Por ello el aborto es un crimen diabólico que implica la perversión de la mente y del corazón. Pero Dios no abandona a los inocentes. La sangre de los bebés abortados queda asociada a la sangre de Jesús. Por ello deben ser considerados mártires de modo similar a los Santos Inocentes sacrificados por Herodes que buscaba matar al niño Jesús.
Pidamos por ellos y también encomendémonos a ellos para que el Señor pedir conceda la conversión no sólo de las personas aborteras y abortistas, sino también de todas las personas que pasivamente admiten o toleran el más horrible genocidio de la humanidad.
El diablo pervertió las mentes de los que perseguian a Jesús y les hizo sus mentes y les hizo pensar que Jesús era un pecador y que como tal debia ser sacrificado. Aunque el Sumo Sacerdote que lo juzgó conocía su inocencia, se empeñó en demostrar que Jesús era reo de muerte y finalmente le obligó a revelar que era el “Hijo de Dios”, lo cual según la Ley de Moisés constituía una ofensa muy grave que exigía la muerte del pecador para que su sangre sirva de expiación por el pecado.
Jesús, sabiendo que Él era inocente y la sentencia injusta, la aceptó, porque su misión de Siervo de Yavé incluía el cargar con el pecado del pueblo como victima expiatoria.
En nuestro tiempo también se cometen muchos pecados y como sucedió en tiempos de Jesús se buscan culpables para condenarlos a muerte. Los bebés por nacer son hoy las víctimas de las personas fornicarias, adúlteras, violadoras o simplemente egoístas que no aceptan su situación o su propia culpa y tratan de borrarla con la sangre inocente.
Por ello el aborto es un crimen diabólico que implica la perversión de la mente y del corazón. Pero Dios no abandona a los inocentes. La sangre de los bebés abortados queda asociada a la sangre de Jesús. Por ello deben ser considerados mártires de modo similar a los Santos Inocentes sacrificados por Herodes que buscaba matar al niño Jesús.
Pidamos por ellos y también encomendémonos a ellos para que el Señor pedir conceda la conversión no sólo de las personas aborteras y abortistas, sino también de todas las personas que pasivamente admiten o toleran el más horrible genocidio de la humanidad.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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