Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2010
Día 30, domingo, 14 de marzo de 2010
"TRONO DEL ALTISIMO, RETAZO DEL CIELO, SENO DE MARIA, ESAS SON TUS MANOS SACERDOTALES".
La sierva de Dios, hna. Felicia de Jesús Sacramentado. En Paraguay la llaman Chiquitunga
Reflexión
Los sacerdotes, pastores del Pueblo de Dios, son los primeros defensores de la vida humana. Hoy la causa de la Vida es la causa de Dios.
Intención del día
Oramos para que en este año sacerdotal, los pastores del Pueblo de Dios, tomemos conciencia del gran papel que tenemos en nuestras comunidades, de defender la vida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural.
Motivación del día
Padre Juan chávezjohamkarl@hotmail.com
Red Latinoamericana de Sacerdotes y Seminaristas por la Vida
Me preguntaba cómo un sacerdote puede llegar a defender la vida en medio de este mundo donde impera la cultura de la muerte. Me acordaba del texto del Génesis 37,21-27, en el que se nos cuenta que José el preferido de Jacob, fue en busca de sus hermanos y ellos al verlo de lejos planearon su muerte. Pero hubo uno solo de sus hermanos, Rubén quien intentó salvarlo. El argumento que les presentó fue: es hermano nuestro, no derramemos sangre inocente, es carne y sangre nuestra. Gracias a las palabras de Rubén, José pudo salvarse, y aunque pasó una dura prueba después, pues era esclavo de los Egipcios, pero fue él quien salvó la vida de todo su pueblo cuando estuvo de segundo en el reino.
Este texto me parece iluminador para nosotros los sacerdotes en la defensa de la vida: Hoy como en aquel tiempo son muchos los que deciden la muerte de los más débiles e inocentes como son los niños concebidos. Pareciera que son la mayoría. La cultura de muerte se ha extendido de forma alarmante incluidos en nosotros los católicos. La mentalidad antivida es muy común encontrarla, desgraciadamente, en muchas personas que se dicen católicos y se declaran abiertamente como tales. Así como lo hizo Rubén, son pocos los que defienden la vida, frente a tantos que piensan y hacen lo contrario. Pero esos pocos son necesarios. Si la voz de Rubén fue necesaria para salvar a José, también la voz de los sacerdotes es muy necesaria para evitar tanta sangre y muerte de seres humanos inocentes. Nuestros fieles quieren escuchar la voz de los sacerdotes defendiendo la vida, proclamando la Verdad de Dios sobre el matrimonio, la castidad, la sexualidad humana, sobre el aborto, la eutanasia. Quieren escuchar la verdad y no medias verdades que no convencen a nadie.
Los sacerdotes somos los llamados a recordar, a llamar a la conciencia de nuestros hermanos, que el aborto es un asesinato, porque ese niño, es nuestro hermano, es carne y sangre nuestra, es sangre inocente la que se va a derramar. Si logramos hacer resonar con fuerza el mensaje de Dios sobre la vida humana, nuestros fieles lo escucharán y sabrán seguir esa voz de Dios. Y aunque seamos pocos NOS HARÁN CASO. Salvaremos vidas humanas. Cada vida importa. Por una de ellas Cristo ha venido a salvarnos y por cada una de esas vidas ha derramado toda su sangre.
Lo único que necesita el mal para triunfar es que la gente buena se quede callada y más aún los sacerdotes. Tenemos que hacer resonar la voz de Dios sin miedo.
Me decía una señora que le ayudamos a que no aborte: Solo quería escuchar de alguien que no lo hiciera. Todos me decían que lo haga, mis padres, mi novio, los médicos. Por eso gracias.
Como dice la canción: Ve por el mundo grita a la gente que la voz de Dios no acaba ni la voz de Dios se pierde.
Este texto me parece iluminador para nosotros los sacerdotes en la defensa de la vida: Hoy como en aquel tiempo son muchos los que deciden la muerte de los más débiles e inocentes como son los niños concebidos. Pareciera que son la mayoría. La cultura de muerte se ha extendido de forma alarmante incluidos en nosotros los católicos. La mentalidad antivida es muy común encontrarla, desgraciadamente, en muchas personas que se dicen católicos y se declaran abiertamente como tales. Así como lo hizo Rubén, son pocos los que defienden la vida, frente a tantos que piensan y hacen lo contrario. Pero esos pocos son necesarios. Si la voz de Rubén fue necesaria para salvar a José, también la voz de los sacerdotes es muy necesaria para evitar tanta sangre y muerte de seres humanos inocentes. Nuestros fieles quieren escuchar la voz de los sacerdotes defendiendo la vida, proclamando la Verdad de Dios sobre el matrimonio, la castidad, la sexualidad humana, sobre el aborto, la eutanasia. Quieren escuchar la verdad y no medias verdades que no convencen a nadie.
Los sacerdotes somos los llamados a recordar, a llamar a la conciencia de nuestros hermanos, que el aborto es un asesinato, porque ese niño, es nuestro hermano, es carne y sangre nuestra, es sangre inocente la que se va a derramar. Si logramos hacer resonar con fuerza el mensaje de Dios sobre la vida humana, nuestros fieles lo escucharán y sabrán seguir esa voz de Dios. Y aunque seamos pocos NOS HARÁN CASO. Salvaremos vidas humanas. Cada vida importa. Por una de ellas Cristo ha venido a salvarnos y por cada una de esas vidas ha derramado toda su sangre.
Lo único que necesita el mal para triunfar es que la gente buena se quede callada y más aún los sacerdotes. Tenemos que hacer resonar la voz de Dios sin miedo.
Me decía una señora que le ayudamos a que no aborte: Solo quería escuchar de alguien que no lo hiciera. Todos me decían que lo haga, mis padres, mi novio, los médicos. Por eso gracias.
Como dice la canción: Ve por el mundo grita a la gente que la voz de Dios no acaba ni la voz de Dios se pierde.
Oración para todos los días
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH Señor,a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolablede la Vida Humana
Enlaces de interés:
Oraciones en otros idiomas (inglés, italiano, finlandés)
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