"Si oís que alguna mujer no
quiere tener a su hijo y desea abortar, intentad convencerla para que me traiga
a ese niño. Yo lo amaré, viendo en él el signo del amor de Dios."
Santa Teresa de Calcuta
LA SANGRE DE TU HERMANO
CLAMA A MÍ DESDE EL SUELO
9. Dios no puede dejar impune el delito: desde el suelo sobre el que fue derramada,
la sangre del asesinado clama justicia a Dios (cf. Gn 37, 26; Is 26, 21; Ez 24, 7-8). De este texto la Iglesia ha sacado
la denominación de « pecados que claman venganza ante la presencia de Dios » y
entre ellos ha incluido, en primer lugar, el homicidio voluntario. 12Para los hebreos, como para otros muchos pueblos de la antigüedad,
en la sangre se encuentra la vida, mejor aún, « la sangre es la vida » (Dt 12, 23) y la vida, especialmente la humana,
pertenece sólo a Dios: por eso quien
atenta contra la vida del hombre, de alguna manera atenta contra Dios mismo.
Caín es maldecido por Dios y también por la
tierra, que le negará sus frutos (cf. Gn 4, 11-12). Y es castigado: tendrá que habitar en la estepa y en el
desierto. La violencia homicida cambia profundamente el ambiente de vida del
hombre. La tierra de « jardín de Edén » (Gn2, 15), lugar de abundancia,
de serenas relaciones interpersonales y de amistad con Dios, pasa a ser « país
de Nod » (Gn 4, 16),
lugar de « miseria », de soledad y de lejanía de Dios. Caín será « vagabundo
errante por la tierra » (Gn 4, 14):
la inseguridad y la falta de estabilidad lo acompañarán siempre.
Pero Dios, siempre misericordioso incluso cuando castiga, « puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase
le atacara » (Gn 4, 15).
Le da, por tanto, una señal de reconocimiento, que tiene como objetivo no
condenarlo a la execración de los demás hombres, sino protegerlo y defenderlo
frente a quienes querrán matarlo para vengar así la muerte de Abel. Ni siquiera el homicida pierde su
dignidad personal y Dios
mismo se hace su garante. Es justamente aquí donde se manifiesta el misterio paradójico de la justicia
misericordiosa de Dios, como
escribió san Ambrosio: « Porque se había cometido un fratricidio, esto es, el
más grande de los crímenes, en el momento mismo en que se introdujo el pecado,
se debió desplegar la ley de la misericordia divina; ya que, si el castigo
hubiera golpeado inmediatamente al culpable, no sucedería que los hombres, al
castigar, usen cierta tolerancia o suavidad, sino que entregarían
inmediatamente al castigo a los culpables. (...) Dios expulsó a Caín de su
presencia y, renegado por sus padres, lo desterró como al exilio de una
habitación separada, por el hecho de que había pasado de la humana benignidad a
la ferocidad bestial. Sin embargo, Dios no quiso castigar al homicida con el
homicidio, ya que quiere el arrepentimiento del pecador y no su muerte ».13
Intención/motivación
del día
LA VIDA ES UN DON DE DIOS
Cuando el camino que el hombre emprende
es el correcto, se encuentra que su vida no termina en el horizonte que se le
presenta delante, sino que vislumbra que hay otra Vida más allá de este camino
que ahora recorre.
Pero, el dilema se presenta al
preguntar: ¿Y cuál es ese Camino? Descubres que tus pasos tienen que buscar el
Camino de la Verdad. Es el Camino de la Verdad la ruta a seguir. Y pronto, no
hay otra salida, te topas que tanto el Camino como la Verdad te conducen a la
verdadera Vida. La Vida que, creas o no, sepas o no, quieres y deseas.
Harto de buscar te cansas y no encuentras. Quizás buscas en donde no
hay. Pero si eres perseverante y buscas con sinceridad y verdad, descubrirás
que el único Camino es Jesús. Porque Él es el verdadero Camino, Verdad y Vida.
La vida, nuestra vida, no nos pertenece. Sólo nos ha sido dada para
llevarla, tras el camino de nuestra vida, al Camino de la Verdad y de la Vida
Eterna. Por lo tanto, respétala y déjala seguir su camino, porque al nacer vive
primero nueve meses en el vientre de su madre.
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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