"Un niño por nacer no es
asunto de opinión, no es una fantasía, y menos una cosa de la que se puede
disponer y matar. Un niño por nacer es un ser tan humano como uno ya nacido."
Mons. José Antonio Eguren - Arzobispo de Piura - Perú
« He de
esconderme de tu presencia » (Gn 4, 14): eclipse del sentido de Dios y del hombre
24. En lo íntimo de la
conciencia moral se produce el eclipse del sentido de Dios y del
hombre, con todas sus múltiples y funestas consecuencias para la vida. Se pone
en duda, sobre todo, la conciencia de cada persona, que en su
unicidad e irrepetibilidad se encuentra sola ante Dios. 18 Pero
también se cuestiona, en cierto sentido, la « conciencia moral » de la
sociedad. Esta es de algún modo responsable, no sólo porque tolera o
favorece comportamientos contrarios a la vida, sino también porque alimenta la
« cultura de la muerte », llegando a crear y consolidar verdaderas y auténticas
« estructuras de pecado » contra la vida. La conciencia moral, tanto individual
como social, está hoy sometida, a causa también del fuerte influjo de muchos
medios de comunicación social, a un peligro gravísimo y mortal, el
de la confusión entre el bien y el mal en relación con el
mismo derecho fundamental a la vida. Lamentablemente, una gran parte de la
sociedad actual se asemeja a la que Pablo describe en la Carta a los Romanos.
Está formada « de hombres que aprisionan la verdad en la injusticia » (1, 18):
habiendo renegado de Dios y creyendo poder construir la ciudad terrena sin necesidad
de El, « se ofuscaron en sus razonamientos » de modo que « su insensato corazón
se entenebreció » (1, 21); « jactándose de sabios se volvieron estúpidos » (1,
22), se hicieron autores de obras dignas de muerte y « no solamente las
practican, sino que aprueban a los que las cometen » (1, 32). Cuando la
conciencia, este luminoso ojo del alma (cf. Mt 6, 22-23),
llama « al mal bien y al bien mal » (Is 5, 20), camina ya hacia su
degradación más inquietante y hacia la más tenebrosa ceguera moral.
Sin
embargo, todos los condicionamientos y esfuerzos por imponer el silencio no
logran sofocar la voz del Señor que resuena en la conciencia de cada hombre. De
este íntimo santuario de la conciencia puede empezar un nuevo camino de amor,
de acogida y de servicio a la vida humana.
Intención/motivación
del día
“CON EL
ABORTO UN CORAZÓN SE DETIENE Y OTRO SE DESTROZA”
Entre los médicos, psicólogos, psiquiatras e
incluso sacerdotes es bien conocido el llamado “síndrome post aborto” (“P.A.S”:
“Post-Abortion-Syndrome”) una forma de estrés post-traumático. Designa el
cuadro patológico que comprende un conjunto de síntomas fisiológicos,
psicológicos y espirituales desencadenados tras la realización de un aborto.
Aparte de los riesgos físicos para la mujer, también tiene graves consecuencias
sociales, morales y espirituales.
Por ello del 6 al 8 de marzo 2015 se está
realizando en Perú un retiro de sanación espiritual para personas que están
sufriendo del síndrome post-aborto. Pidamos al Señor para que derrame sus
bendiciones y pueda sanar a todas las personas que están participando de este
Viñedo de Raquel.
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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