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domingo, 1 de marzo de 2015

40 Días por la Vida - 1/3/2015

"Cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido todavía la esperanza en los hombres."

RABINDRANATH TAGORE


España_Margarita Fraga - asociacion.evangeliumvitae@gmail.com


Lectura para meditar (tomado del Evangelium Vitae)

« ¿Soy acaso yo el guarda de mi hermano? » (Gn 4, 9): una idea perversa de libertad 
18. El panorama descrito debe considerarse atendiendo no sólo a los fenómenos de muerte que lo caracterizan, sino también a las múltiples causas que lo determinan. La pregunta del Señor: « ¿Qué has hecho? » (Gn 4, 10) parece como una invitación a Caín para ir más allá de la materialidad de su gesto homicida, y comprender toda su gravedad en las motivaciones que estaban en su origen y en las consecuencias que se derivan.

Las opciones contra la vida proceden, a veces, de situaciones difíciles o incluso dramáticas de profundo sufrimiento, soledad, falta total de perspectivas económicas, depresión y angustia por el futuro. Estas circunstancias pueden atenuar incluso notablemente la responsabilidad subjetiva y la consiguiente culpabilidad de quienes hacen estas opciones en sí mismas moralmente malas. Sin embargo, hoy el problema va bastante más allá del obligado reconocimiento de estas situaciones personales. Está también en el plano cultural, social y político, donde presenta su aspecto más subversivo e inquietante en la tendencia, cada vez más frecuente, a interpretar estos delitos contra la vida como legítimas expresiones de la libertad individual, que deben reconocerse y ser protegidas como verdaderos y propios derechos.

De este modo se produce un cambio de trágicas consecuencias en el largo proceso histórico, que después de descubrir la idea de los « derechos humanos » —como derechos inherentes a cada persona y previos a toda Constitución y legislación de los Estados— incurre hoy en una sorprendente contradicción: justo en una época en la que se proclaman solemnemente los derechos inviolables de la persona y se afirma públicamente el valor de la vida, el derecho mismo a la vida queda prácticamente negado y conculcado, en particular en los momentos más emblemáticos de la existencia, como son el nacimiento y la muerte.
Por una parte, las varias declaraciones universales de los derechos del hombre y las múltiples iniciativas que se inspiran en ellas, afirman a nivel mundial una sensibilidad moral más atenta a reconocer el valor y la dignidad de todo ser humano en cuanto tal, sin distinción de raza, nacionalidad, religión, opinión política o clase social.

Por otra parte, a estas nobles declaraciones se contrapone lamentablemente en la realidad su trágica negación. Esta es aún más desconcertante y hasta escandalosa, precisamente por producirse en una sociedad que hace de la afirmación y de la tutela de los derechos humanos su objetivo principal y al mismo tiempo su motivo de orgullo. ¿Cómo poner de acuerdo estas repetidas afirmaciones de principios con la multiplicación continua y la difundida legitimación de los atentados contra la vida humana? ¿Cómo conciliar estas declaraciones con el rechazo del más débil, del más necesitado, del anciano y del recién concebido? Estos atentados van en una dirección exactamente contraria a la del respeto a la vida, y representan una amenaza frontal a toda la cultura de los derechos del hombre. Es una amenaza capaz, al límite, de poner en peligro el significado mismo de la convivencia democrática: nuestras ciudades corren el riesgo de pasar de ser sociedades de « con-vivientes » a sociedades de excluidos, marginados, rechazados y eliminados. Si además se dirige la mirada al horizonte mundial, ¿cómo no pensar que la afirmación misma de los derechos de las personas y de los pueblos se reduce a un ejercicio retórico estéril, como sucede en las altas reuniones internacionales, si no se desenmascara el egoísmo de los Países ricos que cierran el acceso al desarrollo de los Países pobres, o lo condicionan a absurdas prohibiciones de procreación, oponiendo el desarrollo al hombre? ¿No convendría quizá revisar los mismos modelos económicos, adoptados a menudo por los Estados incluso por influencias y condicionamientos de carácter internacional, que producen y favorecen situaciones de injusticia y violencia en las que se degrada y vulnera la vida humana de poblaciones enteras?

Intención/motivación del día

1995-2015: Veinte aniversario de la Encíclica EVANGELIUM VITAE
                      
San Juan Pablo II, el 25 de Marzo de 1995, Solemnidad de la Anunciación  del Señor, dio a la Iglesia Católica en Roma, junto a San Pedro, la Encíclica EVANGELIUM VITAE, Carta Magna en defensa de la vida humana.

Al cumplirse 20 años de su publicación, ante los ataques cada vez más fuertes y poderosos del Espíritu del mal, que anida en la Cultura de la muerte, llamada así por el mismo San Juan Pablo II,  se hace más patente y necesario contestar a la llamada que dejó escrita en el nº100 del texto citado:

“Es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero…Jesús mismo nos ha mostrado que la oración y el ayuno son las armas principales y más eficaces contra las fuerzas del mal.”
(Mc.9-29)

Desde la Asociación Evangelium Vitae queremos pedir:   

1.  Celebración  en todas las Diócesis de España de Vigilias de Oración y Expiación por los pecados cometidos contra la vida y la familia, cuyo respeto inviolable es la base de la paz social.

2. Difusión de la “Oración por la vida”, con la que concluye la Encíclica Evangelium Vitae (E.V.nº105).
 La Oración es el modo más efectivo de hacer llegar a las conciencias del pueblo cristiano  la formación en estos temas de moral cristiana, relativos al respeto que merecen la vida y la dignidad de la persona, desde el momento de la concepción hasta su fin natural (Bioética cristiana).

3. Organización de Cursos y Conferencias para sacerdotes y seminaristas sobre la Encíclica Evangelium Vitae.

4. Pedimos también en este Año de la Vida Consagrada, a todas las Comunidades Religiosas que respondan a la llamada de San Juan Pablo II: …“que desde cada comunidad cristiana, desde cada grupo o asociación, desde cada familia y desde el corazón de cada creyente, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios Creador y amante de la vida”  (E.V.100)

5. Pediremos la inclusión en Las Letanías del Rosario de la invocación:

                  MATER VITAE. ORA PRO NOBIS

Esta invocación figura en el texto del Rosario por la paz, la vida y la familia, publicado por la Asociación Evangelium Vitae. (Con Licencia Eclesiástica, Archidiócesis de Madrid).

Bajo esta advocación, ha sido invocada la Virgen María, desde antiguo, en la Iglesia Católica de Rito Oriental,  (Cfr. Santa María, Madre de la Vida, Historia de una advocación teológica. Propuesta para la inclusión de la invocación, Mater Vitae, Ora pro nobis, en las Letanías del Rosario, Actas del VIII Congreso Católicos y Vida Pública, Madrid 2006, Tomo I )
Hoy conocemos además la existencia de una Parroquia en Cali, Colombia, bajo esta titularidad. En Belgrano (Argentina) en la  Parroquia  de Ntra. Señora de Fátima,  se venera una  Imagen de la Madre de la Vida, etc.

Buscando el apoyo de cuantos invocan a Santa María como Madre de la Vida, solicitaremos de nuevo a la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, su inclusión en las Letanías del Rosario.

Así la plegaria por la vida abarcaría al mundo entero, respondiendo a la llamada antes citada, que dejó escrita en la Encíclica Evangelium Vitae, San Juan Pablo II.

AMDG.


ORACIÓN POR LA VIDA

Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén

Juan Pablo II

Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA

OH Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén



Enlaces de interés
Oraciones en otros idiomas (inglés, italiano, finlandés)

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