Cuarenta días por la Vida
25 de Setiembre al 3 de Noviembre 2013
Día 34 – 28/10/2013
“Antes oraba
para llegar a tener un hijo; en el momento en que su petición fue escuchada,
cambió y dijo; ¿Cómo estaré seguro de esto?”, porque su boca dudó de su
oración, perdió el uso de la palabra. Porque menospreció la palabra del ángel,
esta misma palabra se convirtió en tormento para el, a fin de que, con su silencio,
honrara la palabra que menospreció”
San Efrén
Reflexión
¿Creeremos por fin de verdad, que un hijo es
siempre una bendición y que no necesita ser explicada ni justificada su
venida?, Porque Dios nos amó tanto, envió a su propio Hijo para justificarnos
ante el Padre.
Oración del día
Pidamos al Amor que sembrada la semilla, la
abonemos y la reguemos con todo el amor de que somos capaces, pues sólo cuando
amamos desde nuestro ser más íntimo y nos damos totalmente al otro, concretamos
la razón de dejar de ser dos, para ser uno, es entonces cuando amamos y somos. Que María y Jesús derramen sobre
nosotros las gracias necesarias para amar sin medida. Amén
Motivación del día
Hay tantos que quieren y no pueden, hay tantos que
pudieron y decidieron que no…
Oímos tantas voces levantarse para reclamar los
derechos de los adultos que viven en situaciones ciertamente difíciles, como
por ejemplo los que están recluidos en cárceles inhumanas, o los que son
obligados a trabajar en situaciones infrahumanas, incluidos niños, o de las
mujeres sometidas a patrones sociales que las anulan como personas, inclusive
que las someten a mutilaciones ancestrales y sin embargo cuando decidimos
hablar a favor de los no nacidos, surgen voces que pretenden acallarnos, como
si los bebés dentro de los cuerpos maternos no tuvieran vida propia,
independiente de la vida de la madre, pero al mismo tiempo confiada su vida a
la protección materna y no sólo a ella,
sino a la sociedad y mas allá, al Estado y comprobamos con dolor que el
comportamiento utilitario nos empuja a aceptar que la mujer es un objeto y que
la vida a la cual da origen puede ser desechada a voluntad, porque…” no estoy
preparada”, “no es el momento”, “ no tenemos dinero”, “no hemos comprado
vivienda”, “este año tengo que viajar”.
Acompañemos a estas madres temerosas a defender la
vida de sus hijos, compartamos con ellas los momentos difíciles y disfrutemos
con ellas las innumerables bendiciones que vienen con los bebés.
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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