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sábado, 9 de marzo de 2013

40d por la Vida 2013_I 26


Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2013
Día 26 – 10/3/2013

Perú_Nancy Freundt - freundt_nancy@yahoo.es  

“El aborto no es una cuestión meramente de creencias sino que se trata de un derramamiento de sangre; no es simplemente sobre puntos de vista sino sobre víctimas”.

PADRE FRANK PAVONE

Reflexión

Cristo es transformado en el Monte, los discípulos ven su Gloria.

Oración del día

Oremos para que los ojos de todo el mundo, sean transformados, y que puedan ver en cada vida humana el reflejo de la Gloria del mismo Dios.

Motivación del día

Estimados amigos,

Siento la obligación moral de presentar esta aclaración sobre un tema que a algunas personas podrá parecerles intrascendente o de poca importancia, pero que en la práctica reviste una extrema gravedad, ya que de su correcto entendimiento depende no solo la salvación de una gran cantidad de vidas inocentes, vidas de pequeños bebes no nacidos, sino también de las almas de tantas madres que están por dar un paso que habrá de destruirles la vida, hundiéndolas en un abismo de sufrimiento espiritual y emocional.

Tan sólo hará un par de días atrás, oí decir al padre Víctor Salomón, en uno de los tantos programas de Defendiendo la Vida que transmite el canal EWTN, lo que es una constante en el movimiento pro-vida: todos los días, sin excepción, en la organización Sacerdotes por la Vida se reciben una gran cantidad de testimonios de personas que cambiaron su decisión de abortar a sus hijos gracias a que vieron las imágenes de bebes abortados.  Les escriben agradecidos por haberles abierto los ojos a tiempo antes de haber cometido el peor error de sus vidas.
Es decir, estamos hablando de muchísimas vidas humanas salvadas de los tormentos y las muertes más crueles y despiadadas, ejecutadas sobre las víctimas más inocentes e indefensas que existen. Sin embargo y extrañamente,  un informativo que se dedica a defender la vida viene publicando un artículo de una señora llamada Simcha Fisher, quien expone ocho razones para no usar imágenes de bebes abortados en la Marcha por la Vida.

La propia señora Fisher reconoce que de no haber visto esas imágenes de bebes abortados, no se habría dado cuenta de que el aborto en verdad implica la vida o muerte de un bebe, lo que hizo que pasara de solo dar un vago apoyo a la causa pro-vida, a uno en verdad comprometido.  Incomprensiblemente, parece no importarle que otras personas también se den cuenta y se comprometan con la causa de defensa de la vida.

La enorme cantidad de organizaciones pro-vida que han aniquilado hasta el último de los argumentos de la señora Fisher son incontables.  Pero como es éticamente justo e importante que las personas que han leído y puedan haber sido influenciadas por los argumentos de esta señora lean también los argumentos del otro lado, paso a traducirles uno de ellos.  Esto dará una amplia visión del tema que permitirá a quienes lo lean tomar una decisión informada, que es requisito indispensable para toda decisión libre.

La siguiente es la respuesta del Director del Centro para la Reforma Bio-Ética, el señor Gregg Cunningham**:

Enero 16, 2013. Respuesta a la Exigencia de Simcha Fisher de que el Movimiento Pro-Vida Encubra el Horror del Aborto:

En un ensayo del Registro Católico Nacional intitulado “Ocho Razones para no usar Imágenes Gráficas del Aborto en la Marcha por la Vida”, Simsha Fisher propone sin el menor reparo una solución -destinada a una auto-derrota- a una letanía de problemas que existen, en gran medida, solo en su fértil imaginación.  Ella dice que “los americanos son trágicamente ignorantes sobre lo que realmente es el aborto…”, pero enseguida se lanza a la incomprensible conclusión de que nunca deberían ser mostradas en público las fotos de bebes abortados, sino solamente en privado y “como un último recurso”.    Señora Fisher, luego de cuarenta años de fallidos esfuerzos para lograr que el aborto sea declarado ilegal y un conteo de cadáveres que supera los cincuenta millones de bebes muertos, este  ES  el último recurso!

Si Martin Luther King, para conseguir reformas sociales, hubiese abrazado la constreñida  estrategia de la señora Fisher, mostrando las fotos de linchamientos únicamente en privado y “como un último recurso”, las personas de raza negra todavía estarían bebiendo chorros de agua segregados.  Al contrario, el doctor King encargó se tomaran fotos que enferman, y luego hizo lobbies agresivamente para lograr la masiva publicación y difusión de estas fotos.  El noble  fruto de este trabajo de enfrentamiento fue la promulgación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965.

La señora Fisher dice que ella censura las demostraciones públicas con fotos de bebes abortados porque -por ejemplo- hay niños que van a la Marcha por la Vida.  Es cierto que decenas de miles de niños de primaria y secundaria de los colegios de la costa este son metidos en buses para ir a la Marcha por la Vida.  Muchos son genuinamente devotos y auténticamente pro-vida, pero otros son solo nominalmente católicos, si es que son siquiera católicos. Algunos ya son sexualmente activos, o pronto lo serán.  Algunas están embarazadas, o pronto lo estarán. Más de una abortará.  Sin embargo, algunos cambiarían de idea si se les mostrara el indescriptible horror del aborto.  Según Guttmacher, el 20% de los abortos se realizan a evangélicos. Los  católicos tienen 29% más probabilidades de abortar que los evangélicos.  Muchos de los estudiantes que van a la Marcha son solo vagamente pro-vida, si son en algo pro-vida, y un número sustancial tan solo busca un despreocupado viaje de carretera que les libre de la servidumbre del colegio.  Fallar en darles una significativa enseñanza durante esta brevísima oportunidad de educarlos sería –literalmente- una irresponsabilidad a nivel de vida o muerte.

Muchos de estos chicos saben muy poco  - y menos aun van a aprender-  sobre la humanidad de un bebe o la inhumanidad del aborto escuchando discursos políticos que producen bostezos, y que se han convertido en una tediosa fase de la Marcha por la Vida.   Las fotos de bebes abortados salvan vidas porque enseñan hechos importantes y complejos que solo pueden ser transmitidos visualmente.   Una imagen chocante será recordada más vívidamente y por mucho mayor tiempo que un discurso, por más inspirado que este sea.  ¿Qué palabras son adecuadas para describir el horror del aborto?  ¿Cuántos maestros en las escuelas católicas están dispuestos a enseñarles la verdad a estos chicos en su clase?  Si no les enseñamos aquí y ahora, puede que no aprendan la terrible verdad hasta que sea demasiado tarde –o que nunca lleguen a aprenderla.

La prensa ha reportado trágicas historias que describen a niños tan pequeños como de nueve años siendo víctimas del aborto.  Cada día en nuestras escuelas públicas alguna niña embarazada de trece años es sacada fuera de clase por una enfermera escolar quien, a espaldas de los padres de este niña, arreglará una audiencia judicial secreta presidida por un juez favorable al aborto, quien autorizará a Paternidad Planificada para realizar un aborto que termine con un embarazo del que los padres de la niña nunca sabrán que existió.  Algunas de estas niñas tendrían el coraje moral para oponerse a esta escandalosa explotación si comprendieran la magnitud de la maldad que el aborto representa.  Niños que son lo bastante mayores para ser amenazados por el aborto ciertamente son lo bastante mayores para beneficiarse de la protección que les brinda el ver estas fotos de bebes abortados. Debemos reunir el coraje moral para concederles esa protección.
Los padres que no quieren que sus hijos vean el horror del aborto simplemente no deberían llevarlos a la Marcha, así como los padres responsables controlan el acceso de sus hijos a cierto contenido en la televisión.  Hacer arreglos para que alguien cuide a sus hijos es un precio bajo a pagar para salvar la vida del hijo no nacido de otros padres.  Las películas con alto contenido de violencia que menciona la señora Fisher glorifican la violencia gratuita.  Nuestras imágenes de bebes abortados estigmatizan la violencia del aborto.  Esta es una enorme y vital diferencia. Tenemos innumerables testimonios de mujeres que argumentan que nada menos convincente que las fotos de bebes abortados habría salvado la vida de sus hijos.

La señora Fisher dice que deberíamos ocultar el horror del aborto porque hay mujeres que han abortado y van a la Macha.  La CDC reporta que casi la mitad de todos los abortos se llevan a cabo en mujeres que ya antes habían abortado.  Por lo tanto, las mujeres que ya antes han abortado están entre las mujeres en más riesgo de volver a abortar.  Consecuentemente, ellas son las mujeres que más necesitan ver la terrible realidad, para que no vuelvan a matar nuevamente.  Muchas de estas mujeres (y hombres) nos han dicho que ahora se dan cuenta que el haber visualizado lo que hicieron les impidió seguir intentando el racionalizarlo.  Recién entonces fueron capaces de arrepentirse y confesarse, para ser perdonados y sanados.

El tema de las relaciones públicas también le preocupa a la señora Fisher.  Ella desea ser admirada y falsamente acusa a nuestro movimiento de comportarse de una forma no admirable.  He participado en la Marcha por la Vida durante décadas, y jamás he visto a alguien mostrar imágenes de bebes abortados mientras gritan, condenan y aterrorizan, según ella insinúa.   La conducta personal de los activistas que usan las imágenes de bebes abortados ha sido siempre irreprochable.  No tengo la más mínima idea de qué habla la señora Fisher, y me sospecho que ella tampoco la tiene.

También afirma ella la extraña ficción de que las imágenes de bebes abortados “a veces empujan a las mujeres a abortar”.   La señora Fisher ilógicamente describe como “indecisa” a una mujer embarazada que ya ha sacado una cita para abortar mucho tiempo antes de ver nuestras imágenes de bebes abortados en la vereda, y que obviamente ha decidido mantener esta cita si ha llegado hasta  la clínica.  Esta mujer no estaría en la puerta de la clínica si es que no hubiese decidido abortar. La pregunta ahora es tan solo si ella está lo suficientemente dudosa como para poder disuadirla de su decisión.  Una mujer que es capaz de mirar la imagen de un bebe abortado y aún así someter a su hijo al horror del aborto, es altamente improbable que pueda ser convencida por las solas palabras de algún consejero en la calle.  Esto es pura fantasía.

Desde luego las imágenes no son una panacea. Algunas mujeres endurecen de tal forma su corazón  que ninguna influencia puede revertir su decisión de abortar.  Pero atribuir su decisión de abortar al hecho de haber visto imágenes de bebes abortados es una afirmación para la que no existe ni la más mínima pizca de evidencia creíble.  Jamás he escuchado a alguien decir: “Yo nunca acepté el aborto hasta que vi una imagen de un bebe abortado”.  En cambio he escuchado a incontables personas decir: “Yo acepté el aborto hasta que vi una imagen de un bebe abortado”.  El movimiento pro-vida está tristemente ignorando las lecciones que debiéramos aprender de los múltiples estudios que repetidamente han demostrado que un medio efectivo para reducir el consumo de cigarrillos son las imágenes que revuelven el estómago y dan pesadillas. Del mismo modo y por experiencia sabemos que las fotos de bebes abortados reducen los abortos.

Adicionalmente, la señora Fisher está preocupada de que “la desensibilización es un peligro real – incluso entre los pro-vida”.  Ocasionalmente nos encontramos con este mito entre las personas con poca o ninguna experiencia en mostrar fotos de bebes abortados.  ¿Dónde está la evidencia de que el desarrollar la disciplina emocional requerida para manejar el estrés de usar fotos de bebes abortados reduce la capacidad de quien lo hace de ser sensible y compasivo para con los demás?  Jamás he visto semejante resultado en mis décadas de contacto con miles de activistas que tienen una larga experiencia enseñando estas imágenes.  Por el contrario, tal exposición lleva a ablandar los corazones.  Los cirujanos traumatólogos eventualmente logran endurecerse ante las imágenes sangrientas que ven todos los días en las salas de emergencia, pero pocos se vuelven alguna vez indiferentes ante la tragedia o incomprensivos con sus pacientes.

Continúa ella diciendo:  “La gente ve lo que quiere ver”.    No, no lo hacen.    Ellos ven lo que nosotros les mostramos.   La señora Fisher dice que no deberíamos usar imágenes de bebes abortados porque los pro-aborto argumentan que las fotos son “falsas”.  ¿Pero a quién le importa lo que digan los pro-aborto?  Los “pro-aborto” no son la audiencia a quien nos dirigimos.  Estamos apuntando a una enorme masa de americanos que se encuentran en el mítico medio.  Los negacionistas del holocausto dicen que las fotos de los campos de concentración son falsas, pero muy poca gente acepta tal reclamo, a todas luces falso.  Y muy pocos están de acuerdo en que las fotos de los bebes abortados son falsas.    Por trece años, personalmente he estado de pie ante cientos de miles de estudiantes que pasaban rápidamente a lo largo de nuestras enormes imágenes de bebes abortados camino a sus clases.  He mirado sus rostros y he observado sus expresiones genuinamente horrorizadas. Ellos obviamente saben que lo que ven es auténtico, y más aún porque aquellos que gritan “falso” frecuentemente son las mismas personas que tratan desesperadamente de cubrir con sábanas nuestras fotos.  ¿Para qué intentarían los pro-aborto cubrir imágenes que ellos realmente creen que son falsas?

La historia de la reforma social es la historia de fotos horrorosas: fotos de esclavos siendo torturados hasta morir.  Fotos de mujeres nativas americanas y niños masacrados por la caballería del ejército estadounidense.  Fotos de negros afro-americanos golpeados hasta hacerles caer de rodillas por intentar registrarse para votar.  Fotos de pequeños niños sufriendo espantosos abusos en las fábricas y en las minas de carbón americanas.   Estas fotos traumatizaron a los niños tanto como aquellas que la señora Fisher intenta ocultar, pero sin embargo, estas fotos convencieron al país que las víctimas eran gente de verdad, a las que les asistía los derechos que toda persona tiene.  Y también lograron convencer al electorado de que las injusticias allí representadas eran lo bastante chocantes para ser penalizadas.
Es imposible cambiar las políticas públicas sin antes cambiar la opinión pública.  A diferencia de los activistas de derechos civiles, nosotros no contamos con la ventaja de una prensa comprensiva, impaciente por sacar a la luz las injusticias contra las cuales luchamos.  Si nosotros no mostramos la verdad, nadie más lo hará.  ¿Por qué entonces los encargados de la Marcha por la Vida intentaron empujar nuestras imágenes lo más lejos posible de su sector en la Calle del Capitolio?  ¿Por qué tantas iglesias y tantas escuelas cristianas, y parte tan grande del movimiento pro-vida, están tan profundamente comprometidos en ayudar a Paternidad Planificada a ocultar la más avasalladora evidencia de que elegir abortar es un indefendible acto de violencia que mata a un bebe?  ¿Es porque quieren gustarle a las personas, o cuando menos no ser maltratados?   Históricamente, los reformadores sociales han sido rara vez queridos, y los queridos rara vez han sido efectivos, sin importar qué tan bonito se comporten o no.  ¿Pero cuál terrible injusticia ha sido alguna vez declarada ilegal ocultándola?

Debemos orar con el rostro al suelo para que nunca nos volvamos tan cobardes como para suprimir la evidencia de la injusticia por temor a la persecución.  Efesios 5,11 nos ordena “sacar a la luz las obras de las tinieblas”, no mostrarlas solo en privado y como último recurso.  La responsabilidad por la espantosa duración del genocidio más horrendo de la historia no descansa únicamente en nuestros adversarios. Seremos juzgados por nuestra timidez, quizás tan severamente como ellos serán juzgados por su barbarie  -por la historia y por la Providencia.

Gregg Cunningham
Director del Centro para la Reforma Bio-Ética.




ORACIÓN ECUMÉNICA

OH Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén

ORACIÓN POR LA VIDA

Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén

Juan Pablo II

Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana

Enlaces de interés:

Oraciones en otros idiomas (inglés, italiano, finlandés)

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