"Jesús dijo: "El que
recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe". Al adoptar un
niño, esas parejas reciben a Jesús; por el contrario, al abortar, rechazan a
Jesús."
Santa Teresa de Calcuta
LA SANGRE DE TU HERMANO CLAMA A MÍ DESDE EL SUELO
ACTUALES
AMENAZAS A LA VIDA HUMANA
«Caín se lanzó contra su
hermano Abel y lo mató» (Gn 4, 8):
raíz de la violencia contra la vida
raíz de la violencia contra la vida
7. « No fue Dios quien hizo la
muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes; él todo lo creó para
que subsistiera... Porque Dios
creó al hombre para la incorruptibilidad, le
hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le
pertenecen » (Sb 1, 13-14;
2, 23-24).
El Evangelio de la vida, proclamado al principio con la
creación del hombre a imagen de Dios para un destino de vida plena y perfecta
(cf. Gn 2, 7; Sb 9, 2-3), está como en
contradicción con la experiencia lacerante de la muerte que entra en el mundo y oscurece el sentido de toda la
existencia humana. La muerte entra por la envidia del diablo (cf. Gn3, 1.4-5) y por el pecado de
los primeros padres (cf. Gn 2, 17; 3, 17-19). Y entra de un
modo violento, a través de la
muerte de Abel causada por su hermano Caín: «
Cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató » (Gn 4, 8).
Esta primera muerte es
presentada con una singular elocuencia en una página emblemática del libro del
Génesis. Una página que cada día se vuelve a escribir, sin tregua y con
degradante repetición, en el libro de la historia de los pueblos.
Releamos juntos esta página
bíblica, que, a pesar de su carácter arcaico y de su extrema simplicidad, se
presenta muy rica de enseñanzas.
« Fue Abel pastor de
ovejas y Caín labrador. Pasó algún tiempo, y Caín hizo al Señor una oblación de
los frutos del suelo. También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su
rebaño, y de la grasa de los mismos. El Señor miró propicio a Abel y su
oblación, mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín
en gran manera y se abatió su rostro. El Señor dijo a Caín: "¿Por qué
andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro? ¿No es cierto que si obras
bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado
acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar".
Caín dijo a su hermano
Abel: "Vamos afuera". Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín
contra su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín:
"¿Dónde está tu hermano Abel?". Contestó: "No sé. ¿Soy yo acaso
el guarda de mi hermano?". Replicó el Señor: "¿Qué has hecho? Se oye
la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito seas,
lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu
hermano. Aunque labres el suelo, no te dará más fruto. Vagabundo y errante
serás en la tierra".
Entonces dijo Caín al
Señor: "Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Es decir que hoy me
echas de este suelo y he de esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo
errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará".
El Señor le respondió:
"Al contrario, quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces".
Y el Señor puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrase le atacara.
Caín salió de la presencia del Señor, y se estableció en el país de Nod, al
oriente de Edén » (Gn 4, 2-16).
Intención/motivación
del día
Apreciados amigos defensores de la vida y la
dignidad humana, agradecemos enormemente sus oraciones pues el viernes pasado
pudimos ver con alegría la presencia del Señor en Yeni, quien dio el SI a la
vida de su hijo en gestación.
Les pedimos seguir orando por favor por Andrea,
Marly, Monica, Karen y Claudia y por todos aquellos que pasan por embarazos
inesperados para que reciban el regalo de la conversión y del el Si a la vida
de sus hijitos en gestación.
Custodiando Vidas
Defendemos la vida y la dignidad humana desde la
concepción hasta la muerte natural.
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan
anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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