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viernes, 26 de agosto de 2016

El sexo es sagrado y un regalo de Dios

El sexo es sagrado y un regalo de Dios

publicado en Sexualidad por 
Eduardo Verástegui castidad santidad sexo regalo de dios
Portador de unos ojos azules profundos como la inmensidad del cielo, de un físico impresionante y de una personalidad atractiva, el protagonista de nuestra historia lleva 13 años de castidad.
De los 18 a los 28 años, Eduardo, tuvo entre sus sábanas a todas las mujeres que deseó. Y no sólo mujeres, sino fama, dinero y otros placeres… hasta que conoció a Dios y su vida cambió.
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Este mexicano de cuna, fue cantante, actor y modelo durante una década. Estando en la cumbre de su carrera, concretamente en el año 2003, decidió estudiar inglés para triunfar en Hollywood, pero lo que no sospechaba es que su profesora cambiaría para siempre su vida.

Como él mismo declara no era feliz:
“Después de diez años de carrera, de lograr todos esos sueños que pensé me iban a dar la felicidad, de haber llegado de un pueblo chiquito a Hollywood, de hacer una película en inglés, de tener doce managers, publicistas, agentes, abogados, todo tipo de personas trabajando para mí me di cuenta de que no era feliz”

“Me sentía inquieto, no tenía paz, no estaba satisfecho. Vi en retrospectiva mi carrera y descubrí que las razones para ser cantante o actor eran frívolas y superficiales. Que lo hacía por la fama, el dinero y las mujeres”.

Jasmine, la profesora de Eduardo veía en él a un chico totalmente desorientado nadando en un mar de placeres que sólo le aportaban vacío. Durante 6 meses, Jasmine le hizo aprender inglés a Eduardo pero a través de preguntas que marcaron un antes y un después en su vida. Las preguntas que marcaron un antes y un después en la vida del actor fueron las siguientes:
¿Eduardo a tí te gustaría casarte algún día y tener hijas? ¿Y si es así qué clase de esposo querrías para tus hijas cuando fueran mayores?

Él contestó afirmativamente y describió a un santo para sus hijas: un hombre trabajador, paciente, que las hiciera reír y que las amara con todo su corazón.

¿Eduardo eres tú ese hombre para las hijas de otros, le preguntó Jasmine? Si amas tanto a Dios como dices -le dijo su maestra- entonces ¿por qué le insultas tanto? ¿por qué romples este mandamiento…?

Eduardo reconoció que le había hecho daño a muchas mujeres acostándose con ellas. Después de aquella conversación con su maestra, lloró durante tres meses y se dio cuenta de que su vida era una incoherencia llena de contradicciones. Le pidió perdón a Dios y le hizo una promesa de castidad a la que hace 13 años permanece fiel. Además también prometió no volver a trabajar en ningún proyecto como actor que ofendiera su fe, su familia o su comunidad hispana. Y por andar haciendo promesas se quedó sin trabajo durante cuatro años, hasta que decidió abrir su propia productora de cine con valores, y ahora es el cineasta de Dios.

Por la gracia de Dios, Eduardo se ha convertido en un hombre diferente, que busca hacer el bien a los demás involucrándose en causas como la lucha contra el aborto y que promueve la castidad entre los jóvenes. Actualmente, el actor tiene 41 años de edad, pero sigue pensando que el sexo es un regalo de Dios y es sagrado para compartirlo únicamente en el matrimonio.

‘Voy a serle fiel a esa persona que todavía no conozco. Y voy a hacer una promesa de castidad, una disciplina de abstinencia'” “Me estoy preparando para ser un buen marido y un buen padre, si esa es mi vocación” 

¿No es maravilloso como Dios transforma a las personas? Un hombre que podría tener a cualquier mujer que deseara, y que ahora vive en castidad guardando su pureza para poder decirle un día a su futura esposa: Te he sido fiel sin conocerte durante 13 años. ¡Qué bonito regalo de amor!

 Queridos lectores, el sexo es un regalo sagrado de Dios, para compartirlo sólo con la persona más importante de nuestras vidas: la que él elija como ayuda idónea. Cuidemos este hermoso regalo y seamos hombres y mujeres de integridad como Eduardo. Recordemos que sin castidad no hay santidad, y como dice la Biblia: “Sin santidad nadie verá al Señor” (Hebreos 12: 14)
Que Dios los bendiga y los prepare para ser buenos esposos y esposas.

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