Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2013
Día 19 – 3/3/2013
«El papel específico de los
médicos es curar las enfermedades y aliviar los sufrimientos, por ello,
cualquier forma de participación de un médico en cualquier acción que pudiera
causar la muerte, no es ética porque viola la función del médico».
Journal of the American Medical
Association 298; 2779-2781, 2007
Reflexión
Con la ley del aborto ya aprobada
y puesta en funcionamiento, el aborto avanza a convertirse en algo trivial,
públicamente aceptado, y médicamente indicado. Esto es un retroceso para la
sociedad toda, y una visión de la medicina que atenta contra su esencia de servicio
a favor de la vida y de la salud de las personas.
La definición de aborto como «acto
médico» distorsiona la naturaleza humanística de la medicina, y somete al
personal de salud involucrado a presiones para cometer actos que atentan contra
la verdadera identidad de los profesionales de la medicina, que han recibido de
quienes los precedieron su conocimiento
y arte para salvaguardar la vida, y no para acelerar o provocar la muerte, y
para con sus deberes de asistencia para con sus dos pacientes, la madre y el
hijo.
A partir de la legalización del
aborto en nuestro país, se ha dado un fenómeno inesperado e incomprensible para
quienes el embrión es tan solo un amasijo de células, y el feto un paciente
«solo si la madre así lo quiere», como algunos quieren hacer creer: cientos de
médicos de todo el país se han amparado en la objeción de conciencia, que la
misma ley prevé (se ha dicho que la cláusula de objeción de conciencia prevista
por los legisladores es la manifestación de su complejo de culpa, al legalizar
algo que saben inicuo).
Frente a esto, ha habido un
intento de restringir el derecho a
objeción de conciencia, primero por el decreto reglamentario, que niega lo que
la misma ley reconoce.
Luego con amenazas a los médicos a
través de distintos actores, nacionales e internacionales, de que a los
objetores se les negará la posibilidad de alcanzar cargos de jerarquía,
amenazas propias de un estado totalitario, nunca desmentidas hasta ahora por
las autoridades del Ministerio.
Y desde las mismas filas del MSP,
desde donde se ha amenazado públicamente a los médicos en más de una
oportunidad de que si no siguen sus instrucciones, ellos mismos alentarán a las
pacientes a presentar denuncias contra los médicos tratantes.
A eso han seguido presiones internas y externas
procurando modificar la decisión del médico y violentando su conciencia.
Y por último, toda suerte de
calumnias, tratando a los médicos objetores de conciencia en la prensa de
ignorantes, de dejarse llevar por la corriente, de actuar en forma corporativa,
y por último, de mercenarios, de estar dispuestos a cambiar de opinión si
recibieran un pago mayor.
Oración del día
Pidamos por los médicos y enfermeras de nuestro país,
comprometidos en salvar vidas: para que, más allá de la ley, tengan claro en su
conciencia que el aborto no es un acto médico, sino un acto propio de verdugos;
para que tengan la valentía de objetar, más allá de las amenazas recibidas; y
para que se respete la objeción de conciencia de los médicos y la objeción de
ideario de las instituciones de salud.
Motivación del día
Nos dice Juan Pablo II en la Encíclica Evangelium Vitae (n.89):
«Es peculiar la responsabilidad confiada a
todo el personal sanitario: médicos, farmacéuticos, enfermeros… personal
administrativo, voluntarios. Su profesión les exige ser custodios y servidores
de la vida humana… ellos pueden estar a veces fuertemente tentados de
convertirse en manipuladores de la vida e incluso en agentes de muerte… El
respeto absoluto de toda vida humana inocente exige también ejercer la objeción
de conciencia ante el aborto procurado y la eutanasia.»
La vocación del médico es una de
las vocaciones más nobles: imitando a Cristo médico, cuidar y salvar la vida de las personas.
Exige una gran valentía para
seguir fieles a esta vocación, cuando existen fuertes presiones internas y
externas para desvirtuar el rol de la medicina al servicio de la vida y
convertir al médico en un simple intermediario técnico al servicio de ocultos
(y no tan ocultos) intereses internacionales. Quien quiera permanecer fiel a
los dictados éticos de su profesión y de su conciencia debe hoy soportar
presiones, amenazas y calumnias. Esa clase de valentía necesita ser sostenida
con nuestra oración.
La objeción de conciencia no puede
ser tratada como una concesión que los jerarcas del ejecutivo les hacen a los
médicos y al personal de salud, sino que es un derecho humano fundamental
inherente de los mismos, consagrado en nuestra Constitución en su artículo 54.
Es el derecho a no ser forzado a atentar contra las propias convicciones.
Por otro lado, existe un verdadero
encarnizamiento por que las mujeres aborten y por que los médicos se conviertan
en verdugos. ¿Cómo explicar esta avidez de los perseguidores, que se presenta
como un verdadero odio y encarnizamiento con la muerte?
Hoy por hoy, la vida del otro se
valora en función de los afectos que suscita en los poderosos: desprecio a la
vida de los pequeños, afligidos, de los ancianos, y de los que podemos llamar
«los indeseables». Este desprecio por la vida de estos hermanos, desde luego no
se hace explícito, sino que se disfraza y camufla revistiéndolo de un supuesto
humanismo y causas solidarias.
Tampoco se trata solo de
ideologías políticas basadas en la disminución de la natalidad, en concreto de
los sectores más pobres.
Sumado a todo esto está la acción
del Maligno, que opera en el mundo, y busca la perdición del hombre (ya que no
ha podido contra Dios, busca ahora la perdición de quien es su imagen y
semejanza). De lo contrario no se explica la obsesión casi visceral de algunos
individuos por que más y más mujeres aborten, incluso contra su voluntad, si
fuera necesario.
Jesús ya triunfó con su
Resurrección, pero para que ese triunfo sobre el Maligno se manifieste aquí y
ahora, es necesaria nuestra cooperación por medio de la oración.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
Enlaces de interés:
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