Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2013
Día 3 – 15/2/2013
“Auténticos trabajadores por la paz son, entonces,
los que aman, defienden y promueven la vida humana en todas sus dimensiones:
personal, comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la
paz. Quien quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida”
(Benedicto XVI)
Reflexión
Les invito a reflexionar profundamente el mensaje
del Papa Benedicto XVI, con ocasión del mensaje por la paz del año 2013.
Dichosos los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios. La
verdadera paz se da cuando se respeta la vida en todas sus dimensiones, en especial
de la vida naciente, cuando está en el vientre materno. Hoy son necesarios
trabajadores por la paz profunda, es decir por la vida. No tener miedo a las
críticas, ni a las calumnias, ni a las dificultades que se presentan al
defender hoy a los más débiles y pequeños. El momento histórico en que vivimos
nos impele a defender con fuerza y sin tregua la vida humana desde la
concepción, al estilo de Jesús. Ante los ataques continuos a la vida como el
aborto, la anticoncepción, tenemos que levantar la voz y no tener miedo de ser
profetas.
Hoy TENEMOS NECESIDAD DE PROFETISMO. Dios se alegra
de esta lucha, y las víctimas de este genocidio nos agradecerán por este
esfuerzo. SON POCOS LOS QUE DENUNCIAN ESTE GENOCIDIO Y ANUNCIAN EL EVANGELIO DE
LA VIDA. No defraudemos a Dios, no traicionemos a los millones de bebés,
Imágenes de Dios, sacrificados en el aborto. Seamos trabajadores por la paz y
seremos llamados Hijos de Dios.
Oración del día
Señor Jesús, sigue suscitando
profetas del siglo XXI que defiendan la vida desde la concepción hasta su
muerte natural. Que nunca nos falte la luz de los santos y la fuerza de tus
sacramentos para trabajar en la causa de la vida, es decir en la Causa de Dios.
Motivación del día
Les comparto uno de los párrafos hermosos del mensaje del Papa Benedicto
alentándonos para la defensa de la vida.
“Quienes no aprecian
suficientemente el valor de la vida humana y, en consecuencia, sostienen por
ejemplo la liberación del aborto, tal vez no se dan cuenta que, de este modo,
proponen la búsqueda de una paz ilusoria. La huida de las responsabilidades,
que envilece a la persona humana, y mucho más la muerte de un ser inerme e
inocente, nunca podrán traer felicidad o paz. En efecto, ¿cómo es posible
pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos o la misma
salvaguardia del ambiente, sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más
débiles, empezando por los que aún no han nacido? Cada agresión a la vida,
especialmente en su origen, provoca inevitablemente daños irreparables al
desarrollo, a la paz, al ambiente. Tampoco es justo codificar de manera
subrepticia falsos derechos o libertades, que, basados en una visión reductiva
y relativista del ser humano, y mediante el uso hábil de expresiones ambiguas
encaminadas a favorecer un pretendido derecho al aborto y a la eutanasia,
amenazan el derecho fundamental a la vida”.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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