"Estar a favor de la vida no
salva vidas; ser miembro activo de una asociación provida, sí"
Provida Valencia
Perú_Gloria Adaniya -
gloriaadaniya@hotmail.com
19.
¿Dónde están las raíces de una contradicción tan sorprendente?
Podemos encontrarlas en
valoraciones generales de orden cultural o moral, comenzando por aquella
mentalidad que, tergiversando e incluso deformando el concepto de
subjetividad, sólo reconoce como titular de derechos a quien se
presenta con plena o, al menos, incipiente autonomía y sale de situaciones de
total dependencia de los demás. Pero, ¿cómo conciliar esta postura con la exaltación
del hombre como ser
«indisponible »? La teoría de los derechos humanos se fundamenta precisamente en la consideración del hecho que el hombre, a diferencia de los animales y de las cosas, no puede ser sometido al dominio de nadie. También se debe señalar aquella lógica que tiende a identificar la dignidad personal con la capacidad de comunicación verbal y explícita y, en todo caso, experimentable. Está claro que, con estos presupuestos, no hay espacio en el mundo para quien, como el que ha de nacer o el moribundo, es un sujeto constitutivamente débil, que parece sometido en todo al cuidado de otras personas, dependiendo radicalmente de ellas, y que sólo sabe comunicarse mediante el lenguaje mudo de una profunda simbiosis de afectos. Es, por tanto, la fuerza que se hace criterio de opción y acción en las relaciones interpersonales y en la convivencia social. Pero esto es exactamente lo contrario de cuanto ha querido afirmar históricamente el Estado de derecho, como comunidad en la que a las « razones de la fuerza » sustituye la « fuerza de la razón ».
«indisponible »? La teoría de los derechos humanos se fundamenta precisamente en la consideración del hecho que el hombre, a diferencia de los animales y de las cosas, no puede ser sometido al dominio de nadie. También se debe señalar aquella lógica que tiende a identificar la dignidad personal con la capacidad de comunicación verbal y explícita y, en todo caso, experimentable. Está claro que, con estos presupuestos, no hay espacio en el mundo para quien, como el que ha de nacer o el moribundo, es un sujeto constitutivamente débil, que parece sometido en todo al cuidado de otras personas, dependiendo radicalmente de ellas, y que sólo sabe comunicarse mediante el lenguaje mudo de una profunda simbiosis de afectos. Es, por tanto, la fuerza que se hace criterio de opción y acción en las relaciones interpersonales y en la convivencia social. Pero esto es exactamente lo contrario de cuanto ha querido afirmar históricamente el Estado de derecho, como comunidad en la que a las « razones de la fuerza » sustituye la « fuerza de la razón ».
A otro nivel, el origen de la
contradicción entre la solemne afirmación de los derechos del hombre y su
trágica negación en la práctica, está en un concepto de libertad que
exalta de modo absoluto al individuo, y no lo dispone a la solidaridad, a la
plena acogida y al servicio del otro. Si es cierto que, a veces, la eliminación
de la vida naciente o terminal se enmascara también bajo una forma malentendida
de altruismo y piedad humana, no se puede negar que semejante cultura de
muerte, en su conjunto, manifiesta una visión de la libertad muy
individualista, que acaba por ser la libertad de los « más fuertes » contra los
débiles destinados a sucumbir.
Precisamente en este sentido se
puede interpretar la respuesta de Caín a la pregunta del Señor « ¿Dónde está tu
hermano Abel? »: « No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano? » (Gn 4,
9). Sí, cada hombre es « guarda de su hermano », porque Dios confía el hombre
al hombre. Y es también en vista de este encargo que Dios da a cada hombre la
libertad, que posee una esencial dimensión relacional. Es un
gran don del Creador, puesta al servicio de la persona y de su realización
mediante el don de sí misma y la acogida del otro. Sin embargo, cuando la
libertad es absolutizada en clave individualista, se vacía de su contenido
original y se contradice en su misma vocación y dignidad.
Hay un
aspecto aún más profundo que acentuar: la libertad reniega de sí misma, se
autodestruye y se dispone a la eliminación del otro cuando no reconoce ni
respeta suvínculo constitutivo con la verdad. Cada vez que la
libertad, queriendo emanciparse de cualquier tradición y autoridad, se cierra a
las evidencias primarias de una verdad objetiva y común, fundamento de la vida
personal y social, la persona acaba por asumir como única e indiscutible
referencia para sus propias decisiones no ya la verdad sobre el bien o el mal,
sino sólo su opinión subjetiva y mudable o, incluso, su interés egoísta y su
capricho.
Intención/motivación
del día
Las
hermosas palabras del ahora San Juan Pablo II que hemos ido revisando en la
Encíclica Evangelium Vitae, nos anuncia
la infinita misericordia y el amor perenne
de Dios siempre en espera del retorno de sus hijos. Si bien la Iglesia ha
condenado y condenará el terrible crimen del aborto, tiene palabras de esperanza,
de aliento para la paz del alma a los que buscan arrepentidos: sanación, reconciliación y perdón por la falta cometida.
En el Libro de Ezequiel, cap. 18 nos dice que Dios no quiere la muerte del
pecador sino que se convierta y que viva.
Cuando
promueven el aborto no hablan de “la segunda víctima”: la madre, y/o el padre
del niño abortado y demás involucrados incluso los que realizan los
abortos, tratan de minimizar u
omitir las consecuencias traumáticas
físicas, psicológicas y espirituales que afectan por años especialmente a las mujeres que abortan,
dolor silencioso que atormentan sus vidas y no encuentran caminos para
superarlos.
Por
todas las características de las manifestaciones fue nominado Síndrome
Postaborto (SPA) por Vincent Rue, pero
intereses mas de tipo ideológico se resisten a admitirlo en las clasificaciones
internacionales de los trastornos mentales (The
Diagnostic and Statistical Manual DSM III). Se menciona por ello como Trastornos por
estrés postraumático o algunos lo llaman Trastorno por estrés post-aborto.
(TEPA). El Padre John J. Dillon en su libro “Un camino hacia la esperanza”
menciona” el aborto es un evento traumático que necesita ser aceptado, resuelto
y curado”
El
arrepentimiento del hecho consumado, no
encuentra muchas veces el camino de la reconciliación completa con Dios, con el
hijo y especialmente consigo mismo. ¡Qué difícil resulta perdonarse, no es
suficiente el tratamiento psicológico requiere la reconciliación con el de
quién viene la vida!.
Debemos
tener en cuenta este lema: “Toda vida importa” si no se pudo salvar la vida del
niño perdido por el aborto, ayudemos a salvar
la vida de la madre afectada.
El haber tenido oportunidad de recibir
capacitación y participar en el desarrollo del programa de los Retiros de Viñedos de Raquel me
han permitido comprobar las dolorosas manifestaciones y heridas que los
expertos expresan como consecuencia del trauma postaborto, la necesidad de los afectados de encontrar
caminos para superar la dolorosa vivencia y evidenciar los resultados efectivos en los participantes en
los Retiros de Viñedos de Raquel que les brinda un proceso de recuperación seguro y eficaz.
Los
ministerios post-aborto son bendiciones, dones y riqueza para nuestra Iglesia
Católica, gracias a personas e instituciones que inspiradas por el Espíritu
Santo han creado programas especializado para brindar ayuda a nuestros hermanos
afectado. Entre ellos tenemos el Programa de Viñedos de Raquel cuya fundadora y
creadora del Manual de El Retiro de Viñedo de Raquel es la Dra. Theresa
Karminski Burke e igualmente valiosísimos son los programas de acompañamiento pastoral como
el Ministerio del Proyecto Raquel creado
en Milwaukee, EEUU especialmente a
nivel de Latinoamérica promovido por Vida Humana Internacional por Vicki Thorn,
fundadora del Proyecto Raquel y directora de la oficina Nacional de
Reconciliación y sanación Post-Aborto , el Proyecto Esperanza liderado en América por la Dra. Elizabeth Bunster y otros valiosos programas similares que ayudan a la sanación de las heridas, la
reconciliación y a mostrar el poder del amor incondicional de Dios. A ellas y a
todas las personas que han creado programas con el mismo objetivo, el Señor las
colme de bendiciones por ser instrumentos maravillosos y ejemplos de amor al prójimo.
Oremos
para que estos programas cuenten con el apoyo necesario para su difusión, se
incrementen líderes que los desarrollen eficazmente para atender a tantas
hermanas y hermanos que sufren las consecuencias por los abortos provocados,
uno de los males graves de este siglo.. .
Santa
María, Virgen de la Dulce Espera ruega
por todas las madres embarazadas y sus niños por nacer.
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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