"Empieza por hacer lo
necesario, luego lo posible y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible"
SAN AGUSTÍN
Bolivia_Elisa Lanza
Sevilla - elilanza17@hotmail.com
« ¿Qué has hecho? » (Gn 4, 10): eclipse
del valor de la vida
13. Para
facilitar la difusión del aborto, se han invertido y se siguen
invirtiendo ingentes sumas destinadas a la obtención de productos
farmacéuticos, que hacen posible la muerte del feto en el seno materno, sin
necesidad de recurrir a la ayuda del médico. La misma investigación científica
sobre este punto parece preocupada casi exclusivamente por obtener productos
cada vez más simples y eficaces contra la vida y, al mismo tiempo, capaces de
sustraer el aborto a toda forma de control y responsabilidad social.
Se afirma
con frecuencia que la anticoncepción, segura y asequible a
todos, es el remedio más eficaz contra el aborto. Se acusa además a la Iglesia
católica de favorecer de hecho el aborto al continuar obstinadamente enseñando
la ilicitud moral de la anticoncepción. La objeción, mirándolo bien, se revela
en realidad falaz. En efecto, puede ser que muchos recurran a los
anticonceptivos incluso para evitar después la tentación del aborto. Pero los
contravalores inherentes a la « mentalidad anticonceptiva » —bien diversa del
ejercicio responsable de la paternidad y maternidad, respetando el significado
pleno del acto conyugal— son tales que hacen precisamente más fuerte esta
tentación, ante la eventual concepción de una vida no deseada. De hecho, la
cultura abortista está particularmente desarrollada justo en los ambientes que
rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción. Es cierto que
anticoncepción y aborto, desde el punto de vista moral, sonmales
específicamente distintos: la primera contradice la verdad plena del
acto sexual como expresión propia del amor conyugal, el segundo destruye la
vida de un ser humano; la anticoncepción se opone a la virtud de la castidad
matrimonial, el aborto se opone a la virtud de la justicia y viola directamente
el precepto divino « no matarás ».
A pesar
de su diversa naturaleza y peso moral, muy a menudo están íntimamente
relacionados, como frutos de una misma planta. Es cierto que no faltan casos en
los que se llega a la anticoncepción y al mismo aborto bajo la presión de
múltiples dificultades existenciales, que sin embargo nunca pueden eximir del
esfuerzo por observar plenamente la Ley de Dios. Pero en muchísimos otros casos
estas prácticas tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable
respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de libertad que ve en
la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad. Así, la
vida que podría brotar del encuentro sexual se convierte en enemigo a evitar
absolutamente, y el aborto en la única respuesta posible frente a una
anticoncepción frustrada.
Lamentablemente
la estrecha conexión que, como mentalidad, existe entre la práctica de la
anticoncepción y la del aborto se manifiesta cada vez más y lo demuestra de
modo alarmante también la preparación de productos químicos, dispositivos
intrauterinos y « vacunas » que, distribuidos con la misma facilidad que los
anticonceptivos, actúan en realidad como abortivos en las primerísimas fases de
desarrollo de la vida del nuevo ser humano.
Intención/motivación
del día
Quiero contarles
un brevísimo resumen de las maravillas de Dios a través de la Dulce Espera:
“Hace
ya casi 14 años, en Bolivia, iniciamos un trabajo intenso de
evangelización por la Vida a la cabeza de nuestra SEÑORA de la Dulce Espera, a
través de todos estos años son más de 1500 familias visitadas por Ella, son
esposos jóvenes que esperaban largamente la llegada de un hijo a su vida.
Cientos de ellas habían pasado por muchos tratamientos que la
ciencia y la medicina les ofrecían, y después de vivir periodos de mucha
angustia, estress y tensiones familiares, lamentablemente no conseguían
aquello que solo Dios da: LA VIDA.
Por cosas de
Dios encontraron el camino, una respuesta a su dolor: conocieron a la
Virgen de la Dulce Espera y poniendo sus ojos en Dios, con mucha fe, alegría y
esperanza, estos matrimonios se abrieron a la Verdad acerca del don de la Vida,
los hijos y el matrimonio.
Con
mucho amor empezaron a entender que el Señor tiene un plan para ellos , y
su tiempo no es el nuestro, por tanto han aprendido a esperar y a abandonarse a
la voluntad del Dueño de la Vida.
Podemos dar
testimonio que hemos visto la mano sanadora de Dios en cientos de
familias, testimonios maravillosos, milagros que dan Gloria a Dios y
gratitud a Nuestra Madre.
Nuestra
Señora de la Dulce Espera que intercedes tiernamente ante cada suplica de
tus hijos que buscan concebir un bebe, nos haces entender que nada
es imposible para Dios!! "
Pongamos en
nuestras oraciones a todos aquellos matrimonios que añoran la llegada de un
hijo a su hogar,
Nuestra Señora de la Dulce Espera: Ruega por
nosotros!
ORACIÓN
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de Dios
Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el
Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN
ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de
la vida:
mira, Padre el número inmenso de
niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil
vivir,
de hombres y mujeres víctimas de
violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una
presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el
Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia,
para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del
amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
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