"Si conocieras el don de Dios y
lo que es el cielo, si pudieras oír el cántico de los Ángeles y verme en
medio de ellos, si pudieras ver con tus ojos los campos eternos y los
nuevos senderos de luz que atravieso, si pudieras en un instante
contemplar como yo, la belleza ante la cual los astros palidecen NO
ME LLORARIAS"
Autor
San Augustín
Lectura
para meditar (tomado del Evangelium Vitae)
« ¿Qué has hecho? » (Gn 4, 10): eclipse del valor
de la vida
11. Pero nuestra atención quiere
concentrarse, en particular, en otro género de atentados, relativos
a la vida naciente y terminal, que presentan caracteres nuevos respecto
al pasado y suscitan problemas de gravedad singular, por el hecho de
que tienden a perder, en la conciencia colectiva, el carácter de « delito » y a
asumir paradójicamente el de « derecho », hasta el punto de pretender con ello
un verdadero y propio reconocimiento legal por parte del Estado y la
sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los mismos agentes
sanitarios. Estos atentados golpean la vida humana en situaciones de
máxima precariedad, cuando está privada de toda capacidad de defensa. Más grave
aún es el hecho de que, en gran medida, se produzcan precisamente dentro y por
obra de la familia, que constitutivamente está llamada a ser, sin embargo, «
santuario de la vida ».
¿Cómo se ha podido llegar a una
situación semejante? Se deben tomar en consideración múltiples factores. En el
fondo hay una profunda crisis de la cultura, que engendra escepticismo en los
fundamentos mismos del saber y de la ética, haciendo cada vez más difícil ver
con claridad el sentido del hombre, de sus derechos y deberes. A esto se añaden
las más diversas dificultades existenciales y relacionales, agravadas por la
realidad de una sociedad compleja, en la que las personas, los matrimonios y
las familias se quedan con frecuencia solas con sus problemas. No faltan además
situaciones de particular pobreza, angustia o exasperación, en las que la
prueba de la supervivencia, el dolor hasta el límite de lo soportable, y las
violencias sufridas, especialmente aquellas contra la mujer, hacen que las
opciones por la defensa y promoción de la vida sean exigentes, a veces incluso
hasta el heroísmo.
Todo esto explica, al menos en
parte, cómo el valor de la vida pueda hoy sufrir una especie de « eclipse »,
aun cuando la conciencia no deje de señalarlo como valor sagrado e intangible,
como demuestra el hecho mismo de que se tienda a disimular algunos delitos
contra la vida naciente o terminal con expresiones de tipo sanitario, que
distraen la atención del hecho de estar en juego el derecho a la existencia de
una persona humana concreta.
Intención/motivación
del día
Estimados amigos, quiero compartirles uno de los regalos
más hermosos que Dios me ha permitido vivir en el apostolado próvida, justo
esta Navidad, se cumplían 4 años de la partida a cielo del ser humano mas
hermoso y valiente que he conocido, con apenas horas y días de nacido me enseñó
con firmeza y sin duda alguna, que toda vida humana es
valiosa y debe ser respetada, que no existe ser humano, en cualquier condición
en la que no podamos ver, mirar, sentir, palpar, la presencia de Dios.
El era Omar de Jesús nació con anencefalia
(ausencia de gran parte del cerebro y del cráneo) y por esa razón le
decretaron pena de muerte a los 5 meses de embarazo, con el apoyo de voluntarios
provida y de varios benefactores, la valentía sus padres que
dijeron SI a la Vida, luego de 5 meses de estar entre nosotros,
enseñarnos a amar la Voluntad de Dios con alegría y esperanza, hoy está junto a
Dios y seguro estará intercediendo por cada uno que lo acompañamos en su lucha
por vivir, hoy tenemos un Angelito que día a día, en el Corazón del
Señor intercede por todos nosotros. Adjuntamos un testimonio de su vida,
para que podamos confirmar que “el hombre viviente, constituye el camino
primero y fundamental de la Iglesia”.
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del
mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos la
causa de la vida:
mira Madre el número
inmenso de niños
a quienes se impide
nacer,
de pobres a quienes
se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen
en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a
los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la
vida.
Alcánzales la gracia
de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto
con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la
verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el
Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti
confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número
inmenso de niños
a quienes se impide
nacer,
de pobres a quienes
se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen
en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de
nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia
de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto
con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la
verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de tu Nombre.
Amén
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