Cuarenta días por la Vida
25 de Setiembre al 3 de Noviembre 2013
Día 12 – 6/10/2013
Colombia_María Teresa Gnecco
“La manera más eficaz para obtener
el perdón de los pecados y asegurarse la vida eterna, es proteger a los niños”.
SAN JUAN BOSCO
Reflexión
Santa María es la Reina del
Universo. Ella es la criatura más grande, segunda solo al mismo Dios. La
Iglesia defiende la dignidad de la mujer.
Oración del día
Oremos para que la gente comprenda
que ser pro vida significa ser pro mujer, y que ser pro mujer exige ser pro
vida.
Motivación del día
Estamos en realidad ante
una objetiva “conjura contra la vida”.
Muchos defienden esta cultura privilegiando el bienestar personal, los
bienes económicos, la libertad y la autonomía. Razones como la escasez de
recursos económicos, el proyecto de vida, las responsabilidades familiares, las
exigencias laborales, la autonomía de la
mujer, e inclusive el miedo a un rechazo
familiar y social en el momento que un hijo es concebido, son algunos de los argumentos que se esgrimen
para atentar contra la vida. Se ignora
que la vida es el don más preciso de Dios para el hombre. Gracias a ella tenemos innumerables
bendiciones, una familia, felicidad, amor y sobretodo, hemos podido conocer y amar a Dios.
A millones de bebes en el vientre de su madre, se les
arrebata ese precioso don. No se les permite nacer, son asesinados,
“robándoles” el regalo inmenso que Dios
les ha dado. Se les priva de todas las
bendiciones y satisfacciones que hubieran recibido en su vida. “Una
civilización inspirada en una mentalidad consumista y antinatalista no es ni
puede ser nunca una civilización del amor.”[1]
El amor es esencialmente
un don. La pareja se convierte en cooperadora de Dios, dando vida a una nueva
persona, a un nuevo ser, como lo anota el beato Juan Pablo II: “Los esposos
participan de la obra creadora de Dios, engendrando en el amor y por amor una nueva
persona, que tiene en sí la vocación al
crecimiento y al desarrollo.”[2]
“El don recíproco de cada uno
de los esposos en el matrimonio se abre hacia el don de una nueva vida, es
decir, de un nuevo ser”, que es también persona a semejanza de sus
padres.
La maternidad, ya desde el comienzo mismo, implica una apertura
especial hacia la nueva persona; y éste es precisamente el «papel» de la mujer.
En dicha apertura, esto es, en el concebir y dar a luz el hijo, la mujer «se
realiza en plenitud a través del don sincero de sí». La gracia de la
disponibilidad interior para aceptar al hijo y traerle al mundo está vinculada
a la unión matrimonial que, como se ha dicho, debería constituir un momento
particular del don recíproco de sí por parte de la mujer y del hombre. Los esposos, en efecto, participan del poder
creador de Dios.
La virginidad y la maternidad coexisten en la
Virgen María, sin excluirse
recíprocamente ni ponerse límites; es más, la persona de la Madre de Dios ayuda
a todos —especialmente a las mujeres— a vislumbrar el modo en que estas dos
dimensiones y estos dos caminos de la vocación de la mujer, como persona, se
explican y se complementan recíprocamente.
La “plenitud de los tiempos” manifiesta la dignidad extraordinaria de
la “mujer”, la Virgen María. Esta dignidad consiste por una parte en la
elevación sobrenatural de la unión con Dios en Jesucristo, que determina la
finalidad tan profunda de la existencia de cada hombre, tanto en la tierra como
en el cielo” 3
Es en la Santísima Virgen María, en su “FIAT” donde encontramos el
verdadero significado de ser mujer.
La vida siendo un don de
Dios, debe ser altamente valorada, cuidada y defendida, como cooperadores de la obra creadora de Dios.
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
Enlaces de interés:
[1] Beato Juan Pablo II, Carta a
las Familias,1994, Ediciones Paulinas, Bogotá, pág. 53.
[2] Beato Juan páblo II, Familiaris
Consortio, 1981. Ediciones Paulinas, Bogotá, séptima edición, 1989 pág.66
3 Beato Juan Pablo II, Mulieris Dignitaten, 15 de Agosto 1988 # 4
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