Cuarenta días por la Vida
13 de Febrero al 24 de Marzo 2013
Día 29 – 13/3/2013
El Salvador_Sohad Margarita Alabí Méndez
“El don de la oración está en
manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor
propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo
comunicará Dios a tu corazón”.
SAN PÍO DE PIETRELCINA
Reflexión
Cristo inocente "se hace
pecado" por nosotros.
Oración del día
Pidamos por todos los hombres que
yacen inmersos en la cultura de la muerte para que encuentre la luz de la vida.
Motivación del día
En relación al aborto en una ocasión el
Padre Pío comentó: “El día en que los hombres, asustados por el estampido
económico, de los daños físicos o de los sacrificios económicos, pierdan el
horror del aborto, será un día terrible para la humanidad. El aborto no es
solamente homicidio también es suicidio.
“¿Por
qué suicidio?” Y padre Pío continuó:
“Tú comprenderías este suicidio de la
raza humana, si con el ojo de la razón, vieras ´la belleza y la alegría´ de la
tierra poblada de viejos y despoblada de niños: quemada como un desierto.
Entonces entenderías la doble gravedad del aborto: con el aborto siempre se
mutila también la vida de los padres”.
Cuánta razón tenía Padre Pío, estamos ya viviendo esos tiempos,
lamentablemente se ha perdido el horror al aborto. Cuántos homicidios y
suicidios se cometen a diario con la tragedia del aborto, cuántas vidas
inocentes se han perdido y cuantos padres han experimentado la muerte en vida
aunque se nieguen a aceptarlo.
Lamentablemente la cultura de la muerte va echando raíces cada vez más
profundas en nuestra sociedad y lo que es pecado, llámese aborto,
anticoncepción, uniones homosexuales, fecundación in vitro, etc. Los que promueven la cultura de la muerte
pretenden hacerlo ver como algo normal,
como un derecho, y en cambio lo que es virtud y un comportamiento agradable a
Dios: la virginidad hasta el matrimonio, la castidad, fidelidad conyugal es
visto por ellos y por gran parte de la sociedad como anticuado, pasado de moda.
Los que hemos recibido de Dios la gracia de luchar a favor de la vida
sabemos que por nosotros mismos no somos capaces de transformar los corazones
de los que promueven la cultura de la muerte, pero si tenemos un arma muy
poderosa y es la oración. Esa es
precisamente la invitación de este mensaje: unámonos en oración para que El
Espíritu Santo se derrame en los líderes de las naciones, en el personal
médico, en los empresarios que auspician clínicas y programas anti vida y en
todos lo que aún no conocen la verdad del evangelio y en los que conociéndola
no quieren abrir su corazón a esa verdad.
Con la meditaciones Pureza de corazón y Humildad, del libro Evangelio y Amor , un mes con el
corazón de Jesús, de Mons. Hildemaro Flores unámonos en oración por los que
yacen inmersos en la cultura de la muerte y pidamos para ellos la gracia de la
conversión, sabiduría, fortaleza y amor a la verdad, y para los que ya estamos
en la lucha pidamos al Señor la gracia de la perseverancia y fidelidad hasta el
final, y que todo sea para gloria de Dios y para la salvación de las almas.
Pureza de corazón
Cristo es sincero. No se anda cuidando de nadie, no tiene
respeto humano, es valiente para enseñar la verdad, es libre.
Se necesitan líderes así, capaces
de enfrentar la realidad con pureza de principios, con autoridad moral.
Los fariseos saben como es
Cristo y lo interrogan sobre un tema
dificil.
“¿Se debe cumplir la ley humana o no?”
Y resplandece la respuesta con
fuerza para todos los siglos:
“Al César lo que es del César y a
Dios lo que es de Dios”
Es la voz de un hombre libre, del
hombre luminoso, que sorprende con
sentencias admirables porque el Espíritu Santo está en el.
Cristo es cristal divino,
transparencia de lo celestial.
Contemplemos esa divina pureza y
cada día acérquemonos más a la imitación de esa sinceridad, a esa fidelidad a
las verdades divinas, a esa libertad para proclamarlas con valentía y decisión.
Humildad.
Estás para servirle a Dios,
haciendo lo que Cristo haría si estuviera en tu lugar. Cumple fielmente esa misión para la cual
vives.
No interesan entonces los aplausos
humanos, no ineteresan las condecoraciones, no tienes para que proclamar tus
obras.
Dios no tiene necesidad de tus
informaciones, y nada ganas con que los hombres las conozcan.
Tu conducta hablará por si
misma. Procura que sea auténtica,
limpia, que no necesite de adornos de parte de ti.
Dios sabe lo que haces, no hagas
propaganda de tus virtudes, que con eso las empobreces.
No busques premios por tus buenas
obras.
Deja que sea Dios quien te premie. Las recompensas humanas son limitadas pueden ser falsas, interesadas. Si te llegan, no las desprecies, puede ser
que vengan con buena intención.
Pero ofrécelas a Dios como la
Virgen María que glorifica al Señor, por lo que hizo con ella.
Que tu vida y tus obras no
dependan de lo que dicen los demás.
Lo verdaderamente importante es lo
que piensa Dios.
No importa si no te alaban por tus
servicios o si te critican,
si lo haces por Dios vive
tranquilo
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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