El derecho a la vida es indiscutible. Nadie puede decidir sobre la vida de otro, ni sus propios padres. La vida pertenece vivirla a cada cual y, ni el mismo tiene derecho sobre ella. Es un regalo y nos es dada para donarla en bien y función de los demás. Venimos al mundo para amar y, por amor, nos damos. ¿Por qué?, podemos preguntarnos. Pues, sencillamente porque buscamos la felicidad, y la felicidad se esconde en el amor. Un amor ágape, que se dona y se da gratuitamente.
En la Revista Misión, nº 63, página 38 tiene un artículo donde puedes informarte de la realidad. Desde la concepción hay un ser humano vivo y con derecho a la vida. Aquí dejo el enlace.
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