La vida es un camino
que empieza dentro del vientre de nuestra madre. Ella lleva el suyo propio y
nos presta su vientre donde nosotros empezamos el nuestro.
Una vida da vida, valga la redundancia, a otra. Pero eso no
le da derecho a decidir sobre ella. Cada vida tiene su propia independencia
como ser vivo, aunque durante bastante tiempo la engendrada dependa de los
cuidados de la que la engendra.
Lo verdaderamente importante es alcanzar la meta que una
inicia y otra ya ha iniciado. Ambas tendrán que recorrerla, juntas y por
separadas. Porque cada uno será responsables de sus actos, aunque se influyan
mutuamente.
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