Cuarenta días por la Vida
26 de Setiembre al 4 de Noviembre 2012
Día 19 – 14/10/2012
“El Padre del cielo no quiere que
se pierda ni uno solo de estos pequeños”.
Mt 18,14
Reflexión
Estas palabras de Jesús se dirigen
a los que en la humanidad son los más despreciados y abandonados por los
hombres. Pero Dios los tiene siempre en cuenta en su corazón. Para El son los
importantes en su reino. Y ahora ¿quiénes son esos pequeños? SON los niños por
nacer, los que están en el vientre de sus madres. Los pequeños además son las
segundas víctimas del aborto: las mujeres. Abandonadas a su suerte por el
hombre y la familia y condenadas a una vida de destrucción personal por el
Síndrome Post aborto.
Oración del día
ORAMOS POR LOS BEBÉS POR NACER Y
POR SUS MADRES, EN ESPECIAL POR LOS QUE HAN SUFRIDO EL CRIMEN DEL ABORTO.
Motivación del día
Dos casos que vemos muy frecuentemente: Una madre
que por un embarazo inesperado sufre la presión de eliminar a su pequeño pero
que gracias a Dios recibe una ayuda oportuna y toma conciencia de su maternidad
y acepta, como la Virgen María, seguir su maternidad y tomar a su hijo como un
regalo de Dios.
Y segundo caso: En las mismas condiciones una madre
está tentada a abortar y solo recibe presión para esta muerte de su bebé y de
su corazón y como no hay nadie quien le diga NO LO HAGAS, acepta estas muertes.
En esta tensión estamos luchando en estos momentos
en nuestro continente. Unos por la vida y otros por la muerte. Es una verdadera
GUERRA. Es un atentado directo contra el niño y la maternidad. Detrás de estas
acciones hay una IDEOLOGIA DE MUERTE, llamada ahora suavemente, de GENERO. Con
programas que hipócritamente, con nombres aparentemente positivios buscan la
destrucción de vidas humanas. Estos términos son salud sexual y reproductiva,
derecho del cuerpo, empoderamiento de la mujer y otros.
En esta guerra desigual nosotros ¿ESTAMOS HACIENDO
ALGO?: El peor pecado sería CALLAR, PASAR INDIFERENTES como lo hicieron el
sacerdote judío y el levita ante la víctima de ese asalto (Lc 10, 25-37). Dejar
matar es peor, dejar que esta situación se agrave es NUESTRA RESPONSABILIDAD.
Ya empezó Uruguay seguirán los demás países. Puede ser que no podremos detener
la avalancha de muerte con la legalización del aborto. Pero eso no quiere decir
que está todo perdido. Luchar por cambiar la mentalidad, por instaurar la Vida
en el continente es una tarea que no se acaba. Lo que quiere Dios es que ofrezcamos
nuestra vida por esta CAUSA DE DIOS. Sin desmayar, sin desanimarnos, sin
cansarnos, mirar con esperanza el mañana. Pongámonos departe de Dios, de
Cristo, de los santos, de la Verdad. Como dice el libro del apocalipsis: “La
salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios” (Ap 19, 1) y más
adelante dice: “muerte y abismo son arrojados al estanque de fuego” (Ap 20, 14)
Estamos en el camino de Dios, estamos en la Causa
de Dios. Sigamos luchando. No teman yo estoy con ustedes todos los días hasta
el fin del mundo.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH
Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira,
Padre el número inmenso de niños
a
quienes se impide nacer,
de
pobres a quienes se hace difícil vivir,
de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de
ancianos y enfermos muertos
a
causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz
que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a
los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales
la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la
alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la
valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la
civilización de la verdad y del amor,
para
alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA
VIDA
Oh María, aurora
del mundo nuevo,
Madre de los
vivientes,
a Ti confiamos
la causa de la vida:
mira Madre el
número inmenso de niños
a quienes se
impide nacer,
de pobres a
quienes se hace difícil vivir,
de hombres y
mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y
enfermos muertos
a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes
creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de
la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia,
para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización
de la verdad y del amor,
para alabanza y
gloria de Dios Creador
y amante de la
vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica:
Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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