26 de Setiembre al 4 de Noviembre 2012
Día 11 – 06/10/2012
"“La devoción a
la Virgen , en
las almas cristianas, despierta el impulso sobrenatural para obrar como
domestici Dei —como miembros de la familia de Dios.”".
SAN JOSEMARÍA
ESCRIVÁ DE BALAGUER
Reflexión
Jesús no fue condenado por el
poder de la gente malvada. Él fue condenado por el silencio de la gente buena.
El silencio siempre ayuda al opresor, nunca a la víctima.
Oración
del día
Oremos por las personas que son
indiferentes ante la cultura de la vida, por todos aquellos que están envueltos
en el relativismo, en el pensar que mientras no les afecte a ellos respetan la
libertad de los demás.
Motivación
del día
Educar en
el amor y a la Castidad.
La vocación de la persona al amor se
realiza de dos formas:
³ El amor
virginal y
³ El amor
conyugal.
Ambos requieren para su desarrollo el
compromiso de vivir la castidad, de acuerdo con el propio estado de vida de
cada quien.
El dominio de sí.
La pureza de la mente y del
cuerpo, ayuda a desarrollar el verdadero respeto hacia sí mismos y al mismo
tiempo nos hace capaces de respetar a los demás. En este sentido, la castidad
implica un aprendizaje del dominio de sí mismos. La alternativa es clara: o el
ser humano controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas
y se hace desgraciado.
Toda persona sabe también por
experiencia, que la castidad requiere rechazar ciertos pensamientos, palabras y
acciones pecaminosas.
El
contenido de la educación
afectivo-sexual
dependerá de la filosofía y de la ética con que se enfoque el contenido.
Por
ejemplo, la filosofía materialista, -que niega la existencia de Dios y de la
inmortalidad del alma-, al enfrentarse con la sexualidad lo hace desde la pura
biología, sólo les interesa la genitalidad y el placer físico que de ella se
derive.
Educar
para el amor, es educar para la castidad, pues la castidad consiste en el
dominio de sí, en la capacidad de dirigir el instinto sexual hacia el amor
verdadero y encuadrarlo en el desarrollo de la persona.
Por
tanto la Educación
de la Sexualidad
debe ser:
³ Respetuosa
de la dignidad humana,
³ Respetuosa del pudor,
³ Inspirada en valores éticos y morales,
³ Ofrecida y vivida paso a paso,
³ Delicada y positiva,
Educación a la castidad.
La persona
casta no está centrada en sí misma, ni en relaciones egoístas con las otras
personas.
La castidad
vuelve armónica la personalidad, la hace madurar y la llena de paz interior.
La vivencia de la castidad no
debe entenderse como una actitud represiva; no es una negación de la
sexualidad.
La educación de
los hijos a la castidad se propone tres objetivos:
a.
Conservar en la
familia un clima positivo de amor, de virtud y de respeto a los dones de Dios,
particularmente al don de la vida;
b.
Ayudar gradualmente a
los hijos a comprender el valor de la sexualidad y de la castidad y sostener su desarrollo con el
consejo, el ejemplo y la oración;
c.
Ayudarles a comprender y a descubrir la
propia vocación al matrimonio o a la virginidad, en un clima de armonía,
afecto y paz, y respetando sus aptitudes.
Cuando
la familia ejerce una efectiva labor de apoyo educativo y estimula el ejercicio
de las virtudes, se facilita la educación a la castidad y se eliminan conflictos
interiores.
Padres y Madres: primeros y principales Educadores de la Afectividad.
Al dar la vida,
los padres cooperan con el poder creador de Dios y reciben el don de una nueva
responsabilidad: no sólo la de nutrir y satisfacer las necesidades materiales y
culturales de sus hijos, sino sobre todo, la de transmitirles la verdad de la
fe hecha vida y educarlos en el amor de Dios y del prójimo.
El Creador, al
conceder a los esposos el privilegio y la gran responsabilidad de llegar a ser
padres, les otorga la gracia para cumplir adecuadamente su propia misión.
Los padres en
esta tarea de educar a sus hijos, están guiados por dos verdades fundamentales:
«
La primera es que la
persona humana está llamada a vivir en la verdad y en el amor.
Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, y en este campo tienen
una competencia primordial: son educadores por ser padres.
La educación para el amor como don de sí constituye también una
condición indispensable para los padres, llamados a ofrecer a los hijos una
educación sexual clara y delicada.
Es decir, los padres deben usar un lenguaje y un modo de
comunicación que respete la modestia natural de sus hijos e hijas, y que no se
convierta en una ocasión más de incitación al pecado, sino que resulte en un
correcto aprecio del don de la sexualidad humana y de la castidad.
ORACIÓN ECUMÉNICA
OH Señor, a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con
firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su
existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena
voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre.
Amén
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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